lunes, 18 de noviembre de 2013

TEMA 11: IMPACTO EN LA SALUD MENTAL EN LOS EQUIPOS DE 1ERA RESPUESTA

No existe ningún tipo de entrenamiento que pueda eliminar completamente la posibilidad de que una persona que trabaja con víctimas y cantidades importantes de lesionados y cadáveres en el marco de una situación de desastre, sea afectada en el orden psíquico. Los trabajadores de emergencias enfrentan situaciones específicas, como pueden ser la falla en la misión, la vivencia de excesivo sufrimiento humano, las muertes traumáticas, los cuerpos mutilados o quemados, las situaciones amenazantes para su propia integridad física, la pérdida de compañeros de equipo o presenciar accidentes masivos .


Entendemos como equipos de primera respuesta al conjunto de personas que integran una determinada organización y prestan sus servicios en los momentos iniciales en situaciones de emergencias o desastres en diferentes funciones de primera línea, como ayuda humanitaria y servicios de salud, y otras labores operativas de campo, como el combate de incendios, el rescate de personas, la atención de heridos, etc. Todas las personas que realizan este tipo de trabajo, ya sea por largo tiempo o durante una sola experiencia, son vulnerables al estrés.

El estrés agudo es uno de los riesgos ocupacionales más graves en el servicio de emergencias, porque afecta la salud y el desempeño en el trabajo, así como la vida familiar y espiritual.

El evento traumático puede producir una serie de reacciones emocionales, conductuales y fisiológicas, y tiene el potencial de interferir en las habilidades para actuar en el lugar de las operaciones en forma inmediata o, posteriormente, en el retorno a la rutina laboral y familiar . Los problemas emocionales también pueden promover el mayor consumo de alcohol o drogas.

Es responsabilidad de los líderes proteger no solamente la salud física sino también la salud mental de los integrantes de los equipos de respuesta como única garantía para cumplir con éxito las tareas y proteger al personal contra los efectos destructivos del estrés.




El trabajo en desastres y emergencias incluye el enfrentamiento a situaciones estresantes, como las siguientes:

• Largas horas de esfuerzo continuo.

• Lucha contra el tiempo por salvar vidas.

• Trabajo en ambientes adversos (estructuras colapsadas, derrames químicos, etc.).

• Trabajo en condiciones climáticas adversas (lluvias persistentes, réplicas de sismos y otras).

• Labores pesadas (como remoción de escombros).

• Presión por tener que trabajar ante la presencia de periodistas.

• Equipo inadecuado o insuficiente.

• Alteración en el ritmo diario de vida (como dormir y comer).

• Labor de triage (procedimiento utilizado para clasificar a los heridos, lesionados y afectados, en el lugar del incidente, según su gravedad y prioridad para la atención y evacuación).

• Servicios públicos esenciales destruidos.

• Presión por parte del público por encontrar a sus familiares desaparecidos.

• Información confusa o contradictoria, rumor o desinformación.



Factores de riesgo




Existen condiciones que influyen en la eficiencia de los equipos de respuesta y que favorecen la aparición de problemas psicosociales. A continuación abordamos algunos de ellos .

Factores individuales

• Enfermedades crónicas como asma, cardiopatías, hipertensión arterial, úlceras y diabetes, entre otras.

• Problemas o situaciones previas que provocaron estrés, por ejemplo, la pérdida del empleo, conflictos familiares, divorcio, enfermedades de algún miembro de la familia, etc. Las experiencias traumáticas anteriores vulneran la capacidad de resistencia y pueden dar lugar a reacciones violentas o incapacitantes.

• La edad: los más jóvenes están más propensos a sufrir problemas emocionales que los mayores . Se recomienda que los adolescentes y jóvenes sean destinados a labores administrativas u organizativas y se evite exponerlos a situaciones de gran sufrimiento humano.

• Pérdidas personales o lesiones: en ocasiones, los integrantes de los equipos de ayuda han perdido familiares cercanos o bienes personales en el desastre; esta situación los puede incapacitar para tomar decisiones objetivas o hacer perder la concentración necesaria para realizar sus labores.

• El personal de respuesta puede resultar lesionado por las labores encomendadas y tener que ser retirado del lugar; los sentimientos de frustración y de culpa pueden ser muy grandes al sentir que no pueden seguir realizando las acciones para las cuales han sido preparados.


• Las primeras personas que llegan a la emergencia, o los que tienen mayor contacto con las víctimas, tienen más problemas psicológicos que los que van llegando posteriormente debido, fundamentalmente, al impacto visual que puede ejercer la magnitud de la devastación sufrida y el estado en que se encuentren las personas o los cadáveres.


Factores interpersonales

• Las responsabilidades laborales pueden generar situaciones de conflicto con la familia, por ejemplo, por un lado, querer participar en las labores de la emergencia, y, por otro, la presión familiar para que se cumpla con las responsabilidades, en especial, si se tienen hijos pequeños o familiares enfermos.

• El tiempo prolongado de separación de los integrantes de los equipos de respuesta de sus estructuras de soporte social (familia, comunidad, amigos, etc.) puede generar sentimientos de nostalgia y de haber sido olvidados.


• Muchas peculiaridades propias de cada personalidad (humor negro, conducta desconfiada, tardanza, mal humor, etc.) son normalmente aceptadas; sin embargo, en situaciones de emergencias y cuando los colectivos están bajo presión prolongada, pueden causar conflictos interpersonales.





Factores comunitarios

• Los medios de comunicación social y los curiosos en la escena de la emergencia pueden contribuir a aumentar la presión emocional sobre los equipos de respuesta.

• La presencia de grupos armados o de violencia política hace que el desempeñar labores humanitarias incremente el riesgo y la tensión, en especial, si hay antecedentes de violaciones de los derechos humanos, secuestros y muertes que involucran también a los integrantes de los equipos de respuesta.


Estímulos traumáticos

A través de sus experiencias, los integrantes de los equipos de respuesta han aprendido una serie de
estrategias para evitar quedar inmovilizados por las escenas de un desastre. Sin embargo, hay algunos estímulos traumáticos que afectan seriamente a este personal como, por ejemplo, los siguientes:

• Entrar en contacto directo con víctimas durante un tiempo prolongado, mientras luchan por lograr su rescate o atención; en ocasiones, algunas de ellas mueren.

• Encontrar cadáveres de niños o con graves heridas; el personal tiende a identificarse con ellos, en especial, si tienen hijos con edades similares.

• La presencia de gran número de cadáveres, en especial, si están seriamente mutilados o tienen varios días, o si descubren conocidos entre ellos.

PREVENCION Y MITIGACION DEL STRESS EN EMERGENCIAS

Es responsabilidad de los oficiales que poseen comando y poder de decisión el cuidar no solamente la salud física y mental de los integrantes de los equipos de respuesta como única garantía de cumplir con éxito la misión encomendada y proteger al personal contra los efectos destructivos del stress-trauma.

A continuación se analizarán varios aspectos que se tienen que tener en cuenta par mantener la operatividad de nuestros equipos de respuesta y evitar que sucumban bajos los efectos del stress.

A. NUTRICION:

B. ACTIVIDAD FISICA

C. SALUD MENTAL

1.El principal objetivo inmediato con los trabajadores de los equipos de respuesta que participan en un desastre o se ven involucrados en un incidente crítico en stress es el de minimizar la severidad y duración del trauma emocional.

2.Se debe permitir la expresión de sus emociones y ayudarlos a entender y comprender sus sentimientos y los efectos psicológicos que puedan aparecer algunas semanas después.

3.Existen técnicas de desmovilización psicológica que se orientan a los objetivos planteados líneas arriba y se conoce como "Debriefing", el cual puede ser espontáneo o dirigido, esta acción la puede realizar personal entrenado pero de preferencia por psicólogos, previamente capacitados.

4.Con la finalidad de evitar la fatiga emocional, y la aparición de errores por parte de los equipos de respuesta en situaciones de desastre se sugiere el siguiente horario de trabajo: 12 horas de trabajo por 12 de descanso, durante la primera semana. Posteriormente 5 días de trabajo por un día libre y en condiciones extremas de alto riesgo 2 horas de trabajo por 15 minutos de descanso.

5.El "Debrifing" debe de ser aplicado inmediatamente después de una situación de incidente crítico en stress, se pueden realizar mini debrifing, en los intervalos de descanso.

6.Después de una semana se debe de realizar un seguimiento y reunión con el equipo para evaluar su readaptación a la rutina laboral y familiar.

7.El Debrifing no es una reunión de crítica ni de poses de dureza emocional sino es más bien una oportunidad en la cual el trabajador del equipo de respuesta puede expresar sus emociones y sentimientos, y ser comprendido, manifiesta sus síntomas físicos y psicológicos que puede estar sintiendo aprende a reconocerlos como reacciones esperadas en estas circunstancias y se prepara para reintegrarse a la rutina diaria.


8.Al término de una emergencia que a significado situaciones de alto riesgo o peligro para los equipos de respuesta, o a demandado gran agotamiento de éstos equipos, se recomienda al retorno a la base una breve sesión de "Desmovilización" (defusing), el cual se aplica el mismo día y en forma inmediata, no requiere la presencia de un profesional psicólogo, y permite la ayuda a estabilizar la situación y mitigar el impacto, bajo la consigna nadie debe de regresar a sus hogares o labores acostumbradas sin antes haber pasado por esta actividad.

9.El "defusing" debe realizarse en forma inmediata y antes de realizar cualquier otra tarea de limpieza o arreglo personal, no es una sesión de critica, más bien de comentario y desfogue emocional, puede durar minutos u horas, los miembros del equipo se sientan en circulo y en intimidad, tiene una fase de introducción en la cual se indica lo que se va a realizar, una de exploración de las emociones y otra de información sobre lo esperado en situaciones de stress, y su carácter pasajero.

D. SOPORTE PSICOSOCIAL

1. Bourne (Neurofisiólogo-USA) que realizó trabajos en Viet-nam, manifiesta que aún en situaciones muy peligrosos, si el individuo siente que cuenta con el apoyo del grupo, tiene la noción de que domina la situación y siente que desempeña una función social muy importante, quedará protegido contra los efectos negativos del Stress.

Es decir, existen ciertos factores psicosociales que protegen al individuo de los efectos dañinos del stress, así este se encuentre en circunstancias extremadamente peligrosas y esto tienen que ver con el grado de camaradería, compañerismo e integración del grupo del cual forma parte, de la confianza que tiene en sus conocimientos técnicos y el dominio que le permiten estas habilidades y conocimientos para poder manejar y dominar las situaciones por complejas que éstas sean, y por último del grado de convencimiento de que está realizando una misión muy importante y apreciada socialmente, contribuyendo a aliviar el dolor, el sufrimiento y a salvar vidas humanas.

2. Rof Carballo (Neurofisiólogo español) manifiesta que un sujeto expuesto de caer en una situación de stress, si cuenta con una confiada relación con un confidente, o si tiene alguna persona que lo apoye o si tiene un respaldo afectivo de amistad, amor; quedará protegido de los efectos negativos del stress.
Rof Carballo, presenta un enfoque diferente al anterior, el prioriza el respaldo afectivo como protección al stress, en esto se respaldan algunos trabajos que indican que las personas solas, sin pareja se encuentran en desventaja frente a los casados o los que tienen pareja, cuando sufren el impacto de un incidente crítico en stress, de lo que se deduce que es de vital importancia que en las Instituciones que forman parte de los equipos de respuesta, se promuevan y fortalezcan los lazos de unión entre los diversos grupos familiares de cada uno de sus integrantes a través de reuniones de confraternidad que permitan conocerse y ayudarse mutuamente cuando el caso lo requiera para disminuir el impacto emocional de un incidente crítico en stress, y que les proporcionen la comprensión necesaria a su retorno al hogar, después de haber participado en un desastre.

3. Los grupos familiares deben de conocer las reacciones psicológicas del stress post-traumático afín de poder identificar los síntomas oportunamente, comprenderlos, y solicitar la ayuda correspondiente.

Recomendaciones para los líderes de los equipos de respuesta


Los líderes o personas con responsabilidades en los equipos de respuesta deben tener presente las siguientes recomendaciones, con la finalidad de facilitar el trabajo, mantener la motivación y la moral, así como para cuidar la salud mental de sus subordinados y compañeros de tareas:

• El reconocimiento público y oportuno por el esfuerzo desplegado es muy importante para mantener la autoestima y la confianza del personal.

• Asegurar un mínimo de condiciones en el trabajo, como facilidades de servicios higiénicos, alimentación apropiada y oportuna, agua potable, un lugar de descanso lejos de la escena del desastre y establecer horarios de trabajo.


• No permitir que el personal retorne a su rutina diaria sin antes haber pasado por un proceso de apoyo psicológico, que consiste básicamente en dar la oportunidad para que puedan expresar libremente sus sentimientos, lo que piensan sobre lo ocurrido, las acciones que se han realizado y qué es lo que más les ha afectado en la labor realizada; así mismo, se les debe instruir sobre los posibles síntomas que pueden experimentar en los días subsiguientes y otras recomendaciones (por ejemplo, alimentación, ejercicios, etc.). Esta atención puede realizarla el personal de salud mental asignado al equipo de respuesta.

• En caso de que algún integrante de los equipos de respuesta sufra una lesión importante, debe ser atendido y evacuado inmediatamente. Su permanencia prolongada en el terreno de trabajo tiende a desmoralizar al resto de los integrantes.

• En caso de un incidente que involucre a un integrante de los equipos de respuesta, evite que la familia se entere por la prensa u otras vías alternas; debe movilizarse un grupo de intervención en crisis para informar y atender a la familia.

• Cuando no es posible rotar al personal porque la situación no lo permite, una estrategia alterna es la de reasignarlo a tareas diferentes. Esto facilita que se rompa la visión en túnel que frecuentemente acompaña a un estrés prolongado, que se presenta por el trabajo agotador.

• Se debe tener presente que los líderes también pueden afectarse emocionalmente. Un líder agotado puede fracasar en su labor de dirección.


Conclusiones


• Por las condiciones propias del trabajo que se realiza en situaciones de desastres y emergencia, todos los trabajadores de los equipos de respuesta se afectan psicológicamente en mayor o menor medida.

• La habilidad del personal disminuye por la fatiga y se comienza a cometer errores que pueden ser fatales.

• Los integrantes de los equipos de respuesta deben ayudarse entre sí a reconocer sentimientos de tristeza, duelo, agotamiento, etc.

• Los trabajadores deben ser rotados en sus tareas para evitar la exposición prolongada al estrés.

• El regreso al trabajo y a la vida familiar puede resultar difícil después de un desastre.

• Los equipos y profesionales de salud mental deben priorizar entre sus tareas la asistencia a los miembros de los equipos de respuesta.

• El ejercicio físico, practicado de manera regular, es una eficaz medida preventiva contra el estrés y aporta efectos beneficiosos.


• La alimentación para el personal involucrado en una misión prolongada debe ser de gran interés para los directivos de los equipos de respuesta, si desean tener al personal activo y funcionando.

Recopilacion de informacion en:


By,
KRAD Noviembre 2013

TEMA 10: CONDUCTAS EN ADULTOS MAYORES

Reacciones psicoemocionales del adulto mayor ante un desastre o una emergencia

Un sector poblacional que suele ser muy afectado, son las personas de 60 años o más, por sus condiciones biopsicosociales y la fragilidad que se presenta con los años, que ante situaciones como los DN pueden incrementar y por supuesto comprometer la salud del adulto mayor (AM), las dimensiones psicosociales de los mismos suelen ser impactadas y si el análisis de la situación de salud familiar refleja la ausencia de factores protectores, entonces el compromiso puede ser mayor. La convivencia con otros adultos mayores o personas discapacitadas o incluso los propios estados de soledad física acrecientan el posible daño.


¿Cómo funciona el adulto mayor ante los desastres?


Dentro de la situación generada en un desastre, el funcionamiento de los ancianos depende del desarrollo gerontológico de la comunidad afectada, visto desde diferentes dimensiones. En el clima de pérdidas que acompaña el diario vivir de los seniles, desde lo micro hasta lo macrosocial, una situación de este tipo crea un daño adicional, que pensamos debe establecerse un protocolo de actuación, en cuanto a la forma de evacuación, las características del lugar de evacuación, los abastecimientos médicos, y otros recursos materiales, la preservación de las propiedades del AM, la morbilidad que puede aparecer en estos casos y la exacerbación de sentimientos depresivos, de pérdida y desesperanza que de forma precoz observamos en estos pacientes.

Esto repercute en el funcionamiento de un anciano integralmente y lleva implícito un cambio en la capacidad de adaptación y cambios, por ende, en la capacidad de reacción. Es importante señalar el arraigo de los ancianos a sus propiedades, al lugar donde viven, en el que quizás nacieron, su relación con familiares que ya no existen o se encuentran distantes y el hogar constituye su punto de encuentro afectivo, donde tienen sus bienes, que muchas veces han adquirido durante toda una vida.

Estos aspectos se conjugan incidiendo en el no abandono y pago a la comunidad, cuestión que los hace resistentes ante la evacuación.

Las áreas de funcionamiento afectadas, serían lo biológico, dentro de esta peso importante en las enfermedades crónicas no trasmisibles, los problemas de la medicación diaria, y las previstas para agudizaciones. En lo psicológico las afectaciones afectivas, cognitivas y perceptuales. Por último y como hemos mencionado no menos importantes los factores sociales, que se asocian con estas dos áreas, y que de forma individual o sumado a los factores anteriores favorecen una declinación del funcionamiento de forma aguda ante este estrés.


En el caso de AM se impone lo que en geriatría ha sido denominado como valoración geriátrica integral (VGI) o valoración geriátrica exhaustiva:

Se puede definir como la valoración y detección multidimensional de déficits en las esferas clínico - médica, funcional, mental, y social, con el fin de conseguir un plan racional e integrado de tratamiento y seguimiento. Va orientada hacia la funcionalidad del sujeto, y por tanto no se centra exclusivamente en un área.

Actualmente se considera la VGI la herramienta o metodología fundamental de diagnóstico global en que se basa la clínica geriátrica a todos los niveles asistenciales, aceptada su utilidad universalmente, incluido nuestro país.

Es necesario tener en cuenta las características propias del adulto mayor. En algunas culturas los ancianos son fuente de experiencia y sabiduría y son la memoria histórica de como las poblaciones, a lo largo del tiempo, han afrontado situaciones críticas; poseen un sentido de identidad, arraigo, así como de pertenencia y preservación de la cultura. Suelen ser un eje unificador al interior de la familia y la comunidad. Son personas que tienen conocimientos sobre métodos tradicionales de curación, apoyan, contienen y dan seguridad a los niños. Los ancianos transmiten experiencias a través de historias, cuentos y canciones; estas generalmente llevan un mensaje positivo de afrontamiento de las situaciones difíciles.
Sin embargo, las experiencias de trabajo con adultos mayores también ponen de manifiesto aspectos de exclusión; algunos se encuentran aislados, carecen de redes de apoyo, son percibidos como una carga para sus familiares, no son tomados en cuenta como factores activos y productivos, se les mantiene desinformados para no "preocuparlos o angustiarlos" y se toman decisiones sobre sus vidas y pertenencias, sin consultarlos.
La mayoría presentan problemas de salud o discapacidades (físicas y/o psíquicas) a las cuales no se les concede, en ocasiones, importancia. También se hace más evidente el deterioro de sus habilidades físicas y mentales. Como factor de riesgo psicosocial adicional se puede citar que han sufrido pérdidas previas de personas significativas.
Todo estas consideraciones hacen más complejas y difíciles las manifestaciones psicosociales que presentan los ancianos como consecuencia de un desastre, y numerosos factores deben ser tomados en cuenta en el abordaje de este grupo poblacional específico.

Es necesario que las experiencias traumáticas, así como las pérdidas y el duelo adquieran diferentes formas de expresión, según la cultura. Los conceptos predominantes sobre la vida y la muerte y la ejecución de los ritos de despedida de los seres queridos adquieren relevancia en los procesos de aceptación y reelaboración de lo sucedido.
Las manifestaciones que describimos pueden ser solo la expresión de una respuesta comprensible ante las experiencias traumáticas vividas, pero también pueden ser indicadores de que se está pasando hacia una condición patológica. La valoración debe hacerse en el contexto de los hechos y las vivencias, determinando si se pueden interpretar como respuestas "normales o esperadas" o por el contrario, pueden identificarse como manifestaciones psicopatológicas que requieren un abordaje profesional.
Algunos criterios para determinar que una expresión emocional se esta convirtiendo en sintomática son:

• Prolongación en el tiempo.
• Sufrimiento intenso.
• Complicaciones asociadas (ejemplo, una conducta suicida).
• Afectación del funcionamiento social y cotidiano de la persona.

A continuación un listado de algunas de las manifestaciones que pueden observarse en personas adultas mayores:
  • Nerviosismo o ansiedad.  
  • Inseguridad.
  • Tristeza y/o llanto.        
  • Necesidad de estar solo.
  • Culpabilidad por haber sobrevivido.       
  • Crisis de miedo o pánico.
  • Ideas de suicidio.            
  • Disminución en la resistencia física.
  • Fatiga.  
  • Dificultades para retornar al nivel normal de
  • Problemas para dormir o descansar.     
  • Confusión para pensar y/o problemas de concentración.            
  • Sentirse frío emocionalmente.
  • Problemas de memoria.              
  • Sentirse abrumado.
  • Disminución de la higiene personal.       
  • Intensa preocupación por otros.
  • Cambio en los hábitos alimenticios.        
  • Náuseas.
  • Pérdida de confianza en uno mismo.     
  • Dolores de pecho o cabeza.
  • Recuerdos muy vivos del evento.           
  • Temblores musculares.
  • Culpar a los demás.        
  • Dificultad para respirar.
  • Frustración.       
  • Palpitaciones o taquicardia.
  • Desorientación en tiempo o lugar.          
  • Aumento de la presión sanguínea.
  • Sentimiento de impotencia.     
  • Uso excesivo de alcohol y/o drogas.     
  • Problemas en el trabajo y/o familia.     
  • Enojo y/o irritabilidad. 


Cuatro Tipos de Reacciones Frente a los Desastres:

El manual de la APA menciona que básicamente se pueden presentar cuatro tipos de respuestas individuales a los desastres:


A) Reacciones normales a los desastres.-
Algunas personas son capaces de mantenerse notablemente calmadas aún en las circunstancias más extremas; sin embargo, la mayoría de nosotros empezamos a sentir los efectos del Síndrome
General de Adaptación (sudoración profusa, temblores, debilidad, estados nauseosos) por un momento y la claridad del pensamiento puede ser difícil. Afortunadamente muchos de nosotros podemos recuperar nuestra compostura bastante bien. Sería engañoso clasificar como anormales estos estados naturales y transitorios.

B) Reacciones paralizantes.-
Se puede esperar también encontrar personas que por un tiempo se queden paralizadas, pueden quedarse paradas o sentadas en medio del caos, como si estuvieran solas en el mundo, su mirada estará perdida, cuando se les habla no podrán responder a todo o simplemente se encogerán de hombros o pronunciarán una o dos palabras, parecen libres de reacción emocional, son incapaces de ayudarse.

C) Reacciones hiperactivas.-
Estas personas pueden estallar en ráfagas de actividad, sin un propósito definido, hablarán rápidamente, bromearán en forma inadecuada y harán sugerencias y demandas inaceptables, pero de poco valor real, pasarán de un trabajo a otro y parecerán incapaces de resistir la más mínima distracción, se muestran intolerantes a cualquier idea que no sea la suya.

D) Reacciones corporales.-

Algunas reacciones corporales han sido ya mencionadas como respuestas temporalmente normales, aunque estos síntomas normales son algo molestos mientras dura, generalmente no interfieren seriamente con la habilidad de la persona para llevar adelante una actividad constructiva en una situación difícil, algunas de estas reacciones, especialmente la debilidad, el temblor, el llanto, pueden no aparecer hasta después de que una persona ha enfrentado y superado efectivamente el peligro inmediato.
Las reacciones corporales mas serias pueden sin embargo incapacitar verdaderamente y es importante reconocer su significado emocional, las náuseas y el vómito son particularmente comunes, estas reacciones se deben de diferenciar de las producidas por radiaciones o contaminaciones químicas.
Otro tipo de incapacidad física es lo que técnicamente llamamos “histeria de conversión”, la persona convierte su gran ansiedad en una creencia vehemente de que alguna parte de su cuerpo ha dejado de funcionar, para todos los propósitos prácticos pueden ser incapaz de ver, oír o hablar

Algunas recomendaciones útiles para los afectados:


• Buscar compañía y hablar. Compartir sentimientos y pensamientos con otros.
• Escuchar y ayudar a sus compañeros.
• Permitirse sentirse mal, deprimido o indiferente.
• Realizar ejercicios físicos suaves, alternados con relajación.
• Estructurar el tiempo y mantenerse ocupado.
• No evadir el dolor o sufrimiento con el uso de drogas o alcohol.
• Tratar de mantener un itinerario de vida lo más normal posible.
• Hacer cosas que lo hagan sentir bien, útil y solidario.
• Tomar pequeñas decisiones cotidianas.
• Descansar lo suficiente.
• Intentar, dentro de lo posible, comer bien y regularmente.
• Saber que los sueños y pensamientos recurrentes acerca del evento traumático son normales y deben ser compartidos

Para los familiares y amigos de los afectados:

• Escucharlos detenidamente y acompañarlos.
• Promover ayuda y solidaridad, así como fortalecer vínculos entre familiares y amigos.
• Proveer información suficiente.
• Estimularlos a participar en las tareas de la vida cotidiana.
• Comprender y aceptar el enojo y otros sentimientos de los afectados.
• No decirles que tienen "suerte de que no les fue peor". Las personas traumatizadas no encuentran consuelo en esas frases. En cambio, se puede expresar que lamenta lo sucedido y que lo entiende.


Las guías a seguir son las siguientes:


Identifique las necesidades de los ancianos.
El principio clave de una buena práctica es estar consciente de la presencia de ancianos en la escena de una emergencia y tomar las medidas necesarias para localizarlos e identificarlos. Es necesario que las intervenciones de ayuda se lleven a cabo en consulta con la comunidad beneficiada. Además, en todas las etapas del proceso se debe consultar directamente a los ancianos sobre las acciones que se llevarán a cabo.
Cubrir sus necesidades básicas.
Los ancianos mismos han identificado varias necesidades básicas, entre ellas, material de construcción (en caso de que sus casas hayan colapsado), alimentos, ayuda para recolectar material combustible, formas que le faciliten el acceso a alimentos preparados, ropa, cobijas, utensilios de cocina y un lugar cómodo para dormir de modo que puedan evitar molestias o dolores musculares provocados por dormir en el piso.
Movilización.

Se identificaron 4 problemas principales:

a. Incapacidad que puede limitar el acceso de los ancianos a servicios básicos.

b. Dificultad para subir a camiones o el riesgo de ser abandonados por ser más lentos en sus movimientos.

c. Si no existen facilidades para su transporte, los ancianos tienen menos posibilidades para llegar hasta los lugares donde se les brindan los servicios básicos.

d. Algunos ancianos pueden tener problemas para movilizarse por haber perdido prótesis o lentes, o por necesitar tratamientos de fisioterapia que les ayude a reducir dolores musculares.
Igualdad de acceso a los servicios básicos

Cuando los problemas de aislamiento, de movilización o físicos hagan difícil el acceso de los ancianos a los centros que brindan servicios básicos, se hace necesario adaptar estos servicios con el fin de que la atención sea equitativa.

Necesidades sociales, psicosociales y familiares



Se han identificado también los traumas sociales y sicológicos que sufren los ancianos como consecuencia de un desastre. El estar separados de su familia y, en algunos casos, la muerte de familiares, los lleva a un estado de soledad y a la pérdida de apoyo. Además, la destrucción de las estructuras sociales puede causar la pérdida del apoyo por parte de la familia o de la sociedad y la pérdida de respeto hacia los ancianos por el rompimiento de valores sociales y culturales. Los ancianos también mencionan la necesidad de ser protegidos del robo y del abuso físico y sexual.
Reconocer y apoyar las contribuciones de los ancianos
Es importante reconocer la experiencia y las responsabilidades de los ancianos. Los ancianos desean cambiar la imagen común que se tiene de ellos como personas discapacitadas, improductivas y dependientes, y establecer una visión más balanceada que incluya tanto sus capacidades como sus necesidades.

Recopilacion de informacion de:

El Adulto Mayor. Valero Alamo, Santiago.

(2011, 06). Reacciones Psicoemocionales Del Adulto Mayor Ante Un Desastre o Una Emergencia. BuenasTareas.com. Recuperado 06, 2011, de http://www.buenastareas.com/ensayos/Reacciones-Psicoemocionales-Del-Adulto-Mayor-Ante/2318871.html

By ,
KRAD Noviembre 2013



TEMA 9: CONDUCTAS EN LA POBLACIÓN INFANTIL Y JUVENIL FRENTE A EVENTOS ADVERSOS

En las situaciones de Emergencias o Desastres lamentablemente los infantes o jóvenes son testigos involuntarios de situaciones peligrosas, en esta entrada abordaremos algunos de estas situaciones y las conductas en las cuales cae esta población determinada.

Para muchos niños, las reacciones a desastres son breves y representan reacciones normales a "eventos anormales". Un pequeño número de niños podría estar a riesgo de estrés psicológico más duradero como una función de tres factores mayores de riesgo:

  • Exposición directa al desastre, como ser desalojado, observar lesiones o muerte de otros, o sufrir lesiones además de sentir miedo de que la vida de uno esté en peligro.
  • Pérdida/angustia: Esto tiene que ver con la muerte o lesión seria de familiares o amigos.
  • Estrés continuo de los efectos secundarios de un desastre, como vivir provisionalmente en otro lugar, perder amigos o redes sociales, perder propiedad personal, desempleo de los padres y gastos incurridos en la recuperación de llevar a la familia a condiciones previas al desastre.






La reacción de los niños a los desastres según la edad


A continuación reacciones comunes de los niños después de un desastre o evento traumático.
Nacimiento a 2 años. Cuando los niños de edad que no pueden hablar sufren un trauma, no tienen las palabras para describir el evento o sus sentimientos. Sin embargo, pueden retener los recuerdos de visiones, sonidos u olores particulares. Puede que los bebés reaccionen al trauma poniéndose irritables, llorando más de lo usual o queriendo que los sujeten y abracen. Lo que más influye sobre los niños de esta edad es cómo sus padres lidian con la situación. Según crecen los niños, su juego puede incluir actuar escenas del evento traumático ocurrido varios años atrás y que parecía haberse olvidado.

Preescolar - 3 a 6 años. A menudo, los niños preescolares se sienten vulnerables e inútiles frente a un evento abrumador. Debido a su edad y pequeño tamaño, no tienen la capacidad de protegerse ellos mismos o a otros. Como resultado, sienten intenso miedo e inseguridad de separarse de sus cuidadores. Los preescolares no pueden entender el concepto de pérdida permanente. Pueden ver que las consecuencias son reversibles o permanentes. En las semanas después de un evento traumático, las actividades de juego de los preescolares pueden recrear el incidente o el desastre una y otra vez.

Edad escolar - 7 a 10 años. Los niños de edad escolar tienen la capacidad de entender la permanencia de una pérdida. Algunos niños se preocupan intensamente con los detalles de un evento traumático y quieren hablar de eso constantemente. Esta preocupación puede interferir con la concentración de los niños en la escuela y el desempeño escolar puede deteriorarse. En la escuela, los niños pueden escuchar información equivocada de compañeros. Pueden mostrar variedad de reacciones – tristeza, miedo generalizado, miedos específicos de que el desastre ocurra de nuevo, culpa por acción o inacción durante el desastre, coraje de que no se pudo prevenir, o fantasías de jugar a ser rescatistas.


Pre-adolescente a adolescente - 11 a 18 años. Según los niños crecen, desarrollan una comprensión más sofisticada del evento de desastre. Sus respuestas se asemejan más a la de los adultos. Los adolescentes pueden participar en conductas peligrosas, tomar riesgos, como conducir irresponsablemente, o usar drogas o alcohol. Puede que otros tengan miedo de salir de casa y eviten tantas actividades como antes. La actividad de muchos de los adolescentes es moverse por el mundo. Después de un trauma, la visión del mundo puede parecer más peligrosa e insegura. Un adolescente puede sentirse abrumado por intensas emociones y aún así sentirse incapaz de discutirlo con otras personas.








Cubrir las necesidades emocionales de los niños

Las reacciones de los niños están influenciadas por la conducta, los pensamientos y los sentimientos de los adultos. Los adultos deben exhortar a los niños y adolescentes a compartir sus pensamientos y sentimientos sobre el incidente. Aclare los malos entendidos sobre riesgos y peligros escuchando las preocupaciones de los niños y respondiendo sus preguntas. Mantenga un sentido de calma validando las preocupaciones y percepciones de los niños y discutiendo planes concretos para estar seguros.

Escuche lo que digan los niños. Si un niño joven hace preguntas sobre el evento, contéstele de manera sencilla sin la elaboración necesaria para un niño mayor o un adulto. Algunos niños se sienten reconfortados al conocer mayor o menor información que otros; decida el nivel de información particular que necesita su niño. Si un niño tiene dificultad para expresar sus sentimientos, permítale hacer un dibujo o contar la historia de lo que pasó.
Trate de entender lo que está ocasionándole ansiedad y miedo. Sepa que, después de un desastre, los niños sienten miedo de que:

  • El evento ocurrirá de nuevo.
  • Alguien cercano a ellos muera o se lesione.
  • Se quedarán solos o se separen de la familia.


Reconfortar a los niños después de un desastre

Sugerencias para ayudar a reconfortar a los niños:
  • El contacto personal es reconfortante. Abrace y toque a sus niños.
  • Provea información real de manera calmada sobre el desastre reciente y los planes actuales para asegurar su seguridad junto con los planes de su recuperación.
  • Exhorte a sus niños a hablar sobre sus sentimientos.
  • Pase tiempo extra con sus niños, como a la hora de dormir.
  • Restablezca su rutina diaria de trabajo, escuela, juego, comida y descanso.
  • Involucre a sus niños dándoles tareas específicas para ayudarlos a sentir que están ayudando a restablecer a su familia y la vida de la comunidad.
  • Alabe y reconozca la conducta responsable.
  • Entienda que sus niños tendrán una variedad de reacciones a los desastres.
  • Exhorte a sus niños a ayudar a actualizar su plan familiar para desastres.
  • Si ha tratado de crear un ambiente reconfortante siguiendo los pasos de arriba, pero su niño continúa mostrando estrés, si las reacciones empeoran con el tiempo o si interfieren con la conducta diaria en la escuela, en casa o con otras relaciones, podría ser apropiado hablar con un profesional. Puede obtener ayuda profesional del médico primario del niño, un proveedor de salud mental que se especialice en necesidades de niños o un miembro del clero.


Vigile y limite la exposición de su familia a los medios



La cobertura noticiosa relacionada con el desastre puede crear miedo y confusión y aumentar la ansiedad en los niños. Esto es en particular cierto para desastres de gran escala o un evento terrorista en el que hayan daños significativos a la propiedad y pérdida de vidas. En particular para los niños más jóvenes, las imágenes repetidas de un evento pueden ocasionarles creer que el evento continúa ocurriendo una y otra vez.

Si los padres permiten a los niños ver televisión o usar el Internet en donde vean imágenes o noticias sobre el desastre, los padres deben estar con ellos para exhortar la comunicación y proveer explicaciones. Esto puede incluir la vigilancia de los padres y limitar adecuadamente su exposición a información que provoque ansiedad.


Use redes de apoyo

Los padres ayudan a sus niños cuando toman los pasos necesarios para entender y manejar sus sentimientos y maneras de lidiar. Pueden hacer eso desarrollando y usando sistemas de apoyo social de familia, amigos, organizaciones y agencias comunitarias, instituciones de fe u otros recursos que funcionen para esa familia. Los padres pueden desarrollar sus propios sistemas de apoyo social únicos de manera que en una situación de emergencia, o cuando ocurra un desastre, puedan recibir el apoyo y la ayuda para manejar sus reacciones. Como resultado, los padres estarán más disponibles para sus hijos y mejor preparados para apoyarlos. Casi siempre los padres son la mejor fuente de apoyo para sus niños en momentos difíciles. Pero, para apoyar a sus niños, los padres necesitan atender sus propias necesidades y tener un plan para su propio apoyo.


Prepararse para desastres ayuda a todos en la familia a aceptar el hecho de que los desastres ocurren, y provee la oportunidad de identificar y tener los recursos necesarios para cubrir las necesidades básicas después de un desastre. La preparación ayuda; cuando las personas se sienten preparadas, lidian mejor con desastres y sus hijos también.


Recopilacion de las ss direcciones web:


By
KRAD Noviembre del 2013

martes, 15 de octubre de 2013

TEMA 8: DIFERENCIACION ENTRE TRAUMA Y CRISIS DESDE UN ENFOQUE PSICOLOGICO


DEFINICIÓN DE CRISIS


Una de las definiciones de crisis es la del ideograma Chino del I Ching que tiene dos acepciones: por un lado significa dificultad y por otra parte significa oportunidad.
Esto es precisamente lo que es una crisis; todas las crisis traen cambios y los cambios traen crisis.
Haciendo un recorrido por la definición de crisis de diferentes autores, vemos que para Eric Erikson: "la crisis ya no connota una catástrofe inminente (en vez de ello ) designa un punto crítico necesario, un momento crucial en el que el desarrollo debe tomar una dirección u otra, ordenando los recursos del crecimiento, la recuperación y una mayor diferenciación".
Se refiere a lo que posteriormente me referiré como crisis evolutiva, pero se puede aplicar a todas las crisis vitales.

Gerard Caplan a su vez se refiere a la crisis como "la condición de la reacción de un individuo en un punto crítico, dentro de una situación peligrosa, que amenaza la integridad o la totalidad".
Otra definición podría ser la de un catalizador que altera los antiguos hábitos y evoca nuevas respuestas.





TIPOS DE CRISIS

Tradicionalmente las crisis se dividían en dos grupos:
crisis circunstanciales y crisis evolutivas.
El trauma se definía como una entidad separada.
La crisis evolutiva según Caplan se puede definir como" una situación causada internamente, la cual puede deberse a convulsiones fisiológicas o psicológicasasociadas con el desarrollo, las transiciones biológicas, las transiciones de roles etc.".

Las crisis circunstanciales a su vez tienen que ver con situaciones que suceden principalmente en el ambientey que pueden suponer la muerte o separación
de una persona amada o bien una enfermedad grave.

También, la amenaza de la pérdida o un desafío parael que la persona no esta preparada, puede suponer una crisis circunstancial.
Sucede ante eventos extraordinarios que la persona no puede controlar y que es imprevista, intensa, catastrófica y azarosa.

A su vez Gilligand y Jamen han desarrollado el concepto de crisis existencial que se refiere a "los conflictos internos y la ansiedad que acompañan a las importantes cuestiones humanas del propósito, la responsabilidad, laindependencia, la libertad y el compromiso" como por ejemplo las crisis de madurez o la crisis de envejecimiento.
Por último se ha desarrollado el concepto de crisis general como aquella que tiene elementos de shock, incredulidad, rechazo, dolor, pérdida y confusión.


DIFERENCIAS ENTRE CRISIS Y TRAUMA

Un aspecto importante en las diferencias entre crisis y trauma es el grado en que otras personas están involucradas. El trauma frecuentemente pone en marcha a muchas personas en la comunidad cuando el evento está ocurriendo o poco después. En las crisis esto puede llevar más tiempo.
El trauma es un suceso catastrófico que no es una experiencia universal, aunque sea una situación extraordinaria.
La crisis vital aunque es catastrófica a menudo es un fenómeno universal vivido de manera solitaria. El individuo se siente sólo y único. En los traumas hayuna alarma pública y en las crisis la estructura social permanece inalterada.

El trauma es un evento que evoca roles sociales: "víctima", "héroe", "personal de auxilio" y en las crisis no.

Hay algunas coincidencias como que la mayor parte de las veces no es previsible, que puede poner en riesgo la vida y que la vida ya nunca será igual y por otro lado no hay posibilidad de elegir.
No obstante hay autores que consideran a la crisis vital y al trauma como subconjuntos de la respuesta de crisis general. Donde la crisis se concebirá como algo universal y el trauma como algo particular.

Según esta clasificación tendríamos como crisis vitales universales:
"Embarazo no deseado o esterilidad. "Embarazo con dificultades, parto y nacimiento
"Padres con una infancia complicada, adopción
"Infancia temprana con (enfermedad o separación excepcional)
"Adolescencia: crisis existencial. "Crisis de identidad sexual
"Crisis de madurez, incluyendo cambio de profesión. "Divorcio o separación
"Jubilación, crisis familiar. "Enfermedad aguda o crónica: cáncer, SIDA
"Viudez". "Envejecimiento" y "Muerte". "Adicciones"

Y como experiencias traumáticas:
"Violación" e "Incesto" . "Violencia. "Accidentes graves y "Desastres naturales"
"Guerra". "Terrorismo" y "Secuestro de rehenes"
"Experiencias severas relacionadas con el trabajo
"Enfermedades que pongan en peligro la vida.

Hay que tener en cuenta que no todos los autores están de acuerdo con esta clasificación y que hay quien considera un embarazo o parto difícil, una enfermedad grave en la infancia o un divorcio de los padres como un trauma.
Simplemente he querido hacer una aproximación para ver de que manera puede confluir y diferir estos dos temas que históricamente han estado solapados


TIPOS DE EVENTOS TRAUMÁTICOS

Las reacciones emocionales de las personas al trauma, dependen de la naturaleza del propio evento. Es por eso que es importante clasificar los diversos tipos de trauma para saber a que nos enfrentamos.


  • TRAUMA NATURAL Y ANTICIPADO

Los huracanes, inundaciones, tornados que pueden darse de forma aislada o múltiple y casi siempre se dan en algún tipo de comunidad.
  • DESASTRES NATURALES IMPREVISIBLES

Los terremotos, diluvios, avalanchas de lodo etc. Pueden darse también de forma aislada o múltiple. Sin embargo este tipo de eventos provoca mayores crisis de pánico debido a su impredecibilidad.


  • TRAUMA ACCIDENTAL INDUCIDO POR EL SER HUMANO

Incendios, accidentes aéreos, de autobús, descarrilamiento, etc. Es siempre un solo evento. Puede afectar a una sola persona o a varias. Que sea accidental no significa que no pueda considerarse en algún sentido a las personas responsables en el ámbito civil.
  • LA VIOLENCIA DELIBERADA INDUCIDA POR EL SER HUMANO

Es en el que se da el mayor miedo individual y la mayor vulnerabilidad.
Puede ser aislada como los atracos, apuñalamientos, violaciones, etc. o múltiple como los asesinatos en serie, las guerras, malos tratos, agresiones y torturas.
De estos tipos de experiencias traumáticas, la violencia humana intencionada es la que provoca daños psicológicos más serios y duraderos.
El impacto emocional de una experiencia traumática concreta, varía de persona a persona y depende de factores sociales, biológicos y psicológicos.


FACTORES DE RIESGO

No se puede saber de antemano como reaccionará una persona ante un evento traumático, porque cualquiera puede tener reacciones incontrolables.
Hay sin embargo una serie de factores de riesgo que determinan la respuesta individual a la crisis o trauma.
El primer factor de riesgo es la edad y fase de desarrollo. En los niños, el factor de riesgo de tener síntomas postraumáticos es mayor cuanto más pequeño es el niño, debido a que no tienen desarrollada la capacidad para racionalizar lo que ha sucedido; por otro lado la habilidad verbal no está lo suficientemente desarrollada para expresar lo que ha ocurrido.
En los ancianos, asimismo, el riesgo de desarrollar síntomas es mayor por encontrarse impedidos física o mentalmente y en su habilidad para buscar ayuda y aprovechar de los recursos disponibles.

Otro factor de riesgo, es padecer alguna discapacidad en la que la persona está impedida, (motor, vista, oído, etc.), lo que pone a la persona en riesgo de no poder acceder a los recursos necesarios para su recuperación.
Una mala salud o enfermedad reciente o un trastorno mental pude impedir sobre todo en los desastres naturales acceder a ayuda médica.

Los eventos traumáticos previos.

Las personas que han sufrido algún tipo de trauma importante y han estado en un ambiente protector, corren más riesgos de desarrollar síntomas postraumáticos, sobre todo en el caso que estos traumas hayan sucedido durante la infancia.
Un stress preexistente como cambios familiares, de residencia, preocupaciones de trabajo, etc. incrementan al riesgo por el stress acumulado y un entorno social débil .
Otro factor de riesgo importante es la ausencia de sistemas sociales de apoyo que ponen en riesgo a la persona.
Cuando una persona tiene débiles habilidades para afrontar las situaciones o sufre algún tipo de desadaptación (drogas, alcoholismo) puede sufrir más síntomas.

Parece que las personas que han tenido que afrontar situaciones de dificultad media en su vida, toleran y controlan mejor la situación debida a un suceso traumático (factor de resiliencia)

Si además la persona cuenta con un buen apoyo social y familiar y ha sido preparada anteriormente para afrontar la situación saldrá menos dañada de la tragedia.
Si la persona se encuentra separada de sus familiares o tiene a su cargo otros miembros de la familia, por ejemplo niños pequeños, esto puede añadir estres a la víctima.
Cuando el suceso traumático es sumamente violento y la sensación de muerte está muy presente.
Si la persona vive el suceso de forma disociativa, si tiene una personalidad débil o si hay antecedentes familiares de trastornos psiquiátricos durante su infancia, son igualmente factores de riesgo.

El modo en que la persona percibe el evento (por ejemplo quienes se sienten responsables y se culpan ) afectará al nivel de stress experimentado, y por fin la gravedad, intensidad y duración del hecho traumático, así como la amenaza
de muerte, son responsables directos de la severidad de los síntomas

PROBLEMAS EN LA INFANCIA Y ADOLESCENCIA

En general los niños y adolescentes con síntomas pos-traumáticos re-experimentan el momento traumático a través de los sueños y recuerdos desagradables y en menor medida de flash-back.
Los síntomas que más sufren son taquicardias, nauseas, vómitos y sensaciones de mareo.

Por otro lado el niño busca en su fantasía cambiarlo sucedido. En los sueños, puede haber repetición de los momentos concretos del trauma o sueños más grandes como monstruos, que hacen daño al niño o algún familiar y el niño ante esta situación no quiere dormir solo.

En ocasiones el niño manifiesta conductas repetitivas del suceso traumático y esto es especialmente peligroso en la adolescencia, donde pueden reproducir escenas violentas con drogas, coches, armas, etc.

El juego también puede reproducir escenas del suceso traumatizante. Pueden ser juegos repetitivos que impiden el juego normal. Presentan también los niños trastornos de conducta como no querer ir al colegio, hacer algunas regresiones en sus capacidades, como en el lenguaje o en el control de esfínteres y en general hay una hiperactivación fisiológica que mantiene el niño siempre alerta, irritable, con rabietas, agresivo y con dificultades de concentración además del sueño en forma de terrores nocturnos en ocasiones.


Los niños buscan seguridad, sobre todo en los momentos de mayor vulnerabilidad por ejemplo al ir a la cama o al baño. En estos momentos piden que los adultos los acompañen o duerman con ellos.
Se observan asimismo sentimientos de culpa, vergüenza, baja autoestima, y crisis de llanto, además de una excesiva preocupación de que les ocurra algo malo a los seres queridos. En los niños la historia previa puede influir significativamente en la respuesta del niño a la situación traumática.

Los niños cuyos padres estaban separados o divorciados sufrirán síntomas traumáticos más serios. En la edad preescolar de (1 a 5 años) son particularmente vulnerables a los cambios en su ambiente y su rutina, ya que son los más dependientes; por tanto lo que más les afectará es la separación de su cuidador principal, unido a esto los niños tienen menos capacidades verbales, mentales y emocionales para enfrentarse a este tipo de sucesos.

En los menores de tres años su capacidad mental y el desarrollo de su memoria son menores por tanto es más frecuente el mutismo y la regresión (enuresis, chuparse el dedo), así como las pesadillas y terrores nocturnos.
Este grupo de edad a lo que mejor responde es al contacto físico (abrazos, besos) y a que se les escuche.
En el grupo de edad de 5 a 11 (infancia), con frecuencia tienen cambios en su afectividad y comportamiento como por ejemplo resistirse a volver a la escuela o estar más agresivos con sus hermanos, así como pegarse como una lapa. Puede haber también algunas conductas regresivas como chuparse el dedo o volver a objetos como peluches.

Este grupo responde a un incremento en la atención, educarle por parte de su familia en lo que está sucediendo, invitarle a que exprese sus sentimientos y ayudarle de una manera comprensiva pero firme a que retome sus actividades normales.

En el grupo de preadolescentes de 11 a 14 años aproximadamente los niños están más capacitados para expresar sus sentimientos y entender la situación.
Necesitan información clara y directa sobre los hechos de un lenguaje accesible a ellos.
Necesitan certezas, que les ayudemos a comprometerse con los demás, actividad física y hablar y expresar sus sentimientos. Momentáneamente estaría bien una reducción temporal de las expectativas en casa y en el colegio.

En la medida en que el niño se va haciendo mayor, sus síntomas son más parecidos a los de los adultos y por tanto son más frecuentes la irritabilidad, insomnio, falta de concentración y flash -back.
Además es posible un cambio en sus valores y expectativas, quedando a raíz del suceso traumático inseguros, respecto al futuro y cuestionando temas como el futuro profesional, el matrimonio o los hijos.

En los adolescentes (14 -18 años) se dan a menudo situaciones de aislamiento, retiro y depresiones. También pueden volverse menos responsables, rebeldes, competitivos y más demandantes.
Necesitan hablar y expresar sus sentimientos y frustraciones, estímulo para que vuelvan a relacionarse con sus amigos que en esta edad son tan importantes, educación e información sobre lo que está ocurriendo y que se pueden comunicar con su familia. Son asimismo beneficiosos los rituales que se generan alrededor de la experiencia del trauma y les puede ayudar que creen su propio ritual.

Se está observando cada vez más que en la infancia hay muchos traumas relacionados con las intervenciones quirúrgicas y con las hospitalizaciones, hechos a los que hasta ahora no se les había concedido la importancia que merecen, en la influencia y posterior desarrollo del niño.
Como dice Levine "un niño al que se le anestesia mientras está asustado, casi seguro que sufrirá un trauma a menudo grave".
Un niño que está tan asustado no es un buen candidato para la anestesia hasta que haya recuperado la sensación de tranquilidad".
Por lo tanto, propone para prevenir los traumas que tengan relación con las intervenciones médicas: que los padres permanezcan con los hijos, que se le explique al niño con anterioridad lo que va a ocurrir y retrasar la intervención hasta que el niño se tranquilice.

Además de las intervenciones quirúrgicas, en la infancia hay otras situaciones potencialmente traumáticas como accidentes graves, pérdida o peligro de pérdida de seres queridos, guerras y por supuesto situaciones de agresión y abusos sexuales.

Los abusos sexuales es un tema al que quiero referirme un poco más extensamente, ya que el niño que se enfrenta a una situación de abuso, necesita conservar una confianza básica que le han arrebatado precisamente las personas en las que necesita confiar; necesita encontrar seguridad en una situación insegura y mantener su poder en una situación de indefensión.
Tiene por delante una enorme tarea de adaptación.
En palabras de Herman "el abuso infantil crónico tiene lugar en un clima familiar de terror dominante en el que las relaciones normales de cuidados han quedado profundamente alteradas. Los supervivientes describen un patrón característico de control totalitario impuesto mediante amenazas de violencia e incluso de muerte, la aplicación arbitraria de reglas estúpidas, de recompensas intermitentes y de destrucción de todas las relaciones mediante el aislamiento, el secretismo y la traición. Los niños que crecen en este clima de dominación desarrollan vínculos patológicos con aquellos que abusan de ellos y que los descuidan, vínculos que intentarán mantener incluso sacrificando su propio bienestar, su realidad e incluso su vida".

Los niños abusados sufren amenazas de muerte, así como sus familiares y sus mascotas. Se encuentran en una situación de continua indefensión y por tanto, desarrollan una postura de absoluta rendición ante el abusador. Los castigos normalmente no son predecibles por lo que el niño está en un estado de alerta continuo, sintonizado incluso con las estados emocionales de los abusadores en un estado de "vigilancia congelada", porque a la vez que están alertas tienen que estar quietos y en silencio.
Estos niños están totalmente aislados, porque además de que la familia como tal está en una situación de aislamiento social, el niño no puede confiar en los otros adultos responsables de cuidarlos porque no los protegen y por tanto se aísla también de ellos.

La necesidad de encontrar una seguridad y confianza en unos cuidadores que no son de fiar es básica, por tanto el niño utilizará dos estrategias:


La primera es intentar preservar la fe en sus padres y negar que hay algo malo en ellos y para eso el niño lo que hace es negar lo que sucede; se disocia.
Pueden incluso llegar a entrar en trance de una manera automática. Mantiene fuera de la conciencia natural, tanto el abuso, como su negación del mismo.
La otra estrategia se da cuando el niño no tiene esta capacidad disociativa, y como necesita encontrar algún significado que explique lo que ocurre, lo encuentra en la conclusión de que él es malo y sus padres son los buenos.
De esta manera puede intentar ser bueno y poder cambiar las cosas.
Este sentido de maldad interno es el núcleo alrededor del cual se construye la identidad adulta. Culparse a sí mismo, por tanto, es lo que hace el niño y esto además de ser lo que hacen los niños en la primera infancia, es una actitud habitual en las víctimas del trauma.
Esta situación de abusos, para terminar, lleva en la vida adulta a una situación de repetición en la que los hombres víctimas de abusos tienden a ser abusadores y las mujeres víctimas. El trauma por tanto en estas situaciones se reproduce.



Referencias en :

By
KRAD, Octubre 2013