Estrés (del inglés stress, ‘tensión’) es una reacción
fisiológica del organismo en el que entran en juego diversos mecanismos de
defensa para afrontar una situación que se percibe como amenazante o de demanda
incrementada.
MECANISMOS BIOLÓGICOS
DEL ESTRÉS
El mecanismo biológico principal en la respuesta de estrés
es el eje hipotálamo-hipofisario-adrenal
(HHA), que está integrado esencialmente por (Mello et al., 2003):
Tres estructuras: el hipotálamo, la hipófisis y la corteza
de las glándulas suprarenales
Y un mecanismo hormonal que activa la función de estas
estructuras y que se autorregula a sí mismo mediante un mecanismo de
retroalimentación (feed-back) negativo .
El primer eslabón de la cadena HHA es el factor liberador de
la corticotrofina (CRF) hipotalámica (Sarnyai et al., 2001), cuya activación en
respuesta a una situación de estrés, provoca su liberación a la circulación
portal hipofisaria.
El enlace de CRF, a sus receptores, situados en la
pituitaria anterior, provoca un incremento en la liberación de hormona
adeno-cortico-tropa (ACTH), el segundo eslabón de la cadena HHA.
ACTH se difunde por la circulación general hasta alcanzar
las glándulas suprarenales donde estimula la síntesis y la secreción de
glucocorticoides (cortisol en humanos y corticosterona en rordores).
Un mecanismo de feed-back negativo controla la actividad del
eje HHA, que devuelven el cortisol y las otras hormonas del eje HHA a sus
niveles basales después de la activación.
Dos grupos hormonales del eje HHA son esenciales por su
interacción con la actividad del sistema nervioso central, los glucocorticoides
(cortisol, corticosterona) y el factor CRF.
GLUCOCORTICOIDES
Los glucocorticoides ponen en marcha múltiples procesos
catabólicos, que preparan al organismo para dar una respuesta rápida y eficaz a
los requerimientos del entorno. Pero por su propia naturaleza esta respuesta no
se puede sostener durante mucho tiempo, porqué en caso contrario el organismo
enferma y puede incluso morir (Sapolsky, 1996).
Existen receptores de glucocorticoides en múltiples niveles
dentro del sistema nervioso central (SNC): Área Tegmental Ventral (ATV), Núcleo
Accumbens (NAc), Cortex Prefrontal (CPF), esencialmente. Estos receptores son
de dos tipos, glucocorticoides (GR) y mineralcorticoides (MR) (Cintra et al.,
1994)
CRF
El factor CRF está también distribuido
extra-hipotálamicamente en el ATV, NAc y amígdala (núcleo central de la
amígdala, núcleo del lecho de la estría terminal) (De Souza, 1995)
VULNERABILIDAD
Las diferencias individuales en los mecanismos biológicos
del estrés, que pueden tener una base genética o ser adquiridas a lo largo de
la vida, pueden determinar diferencias en la vulnerabilidad o predisposición
para desarrollar trastornos relacionados con el estrés.
Un individuo con una vulnerabilidad biológica enfrentado a
factores ambientales adversos, sucumbirá a los efectos del estrés con mucha
mayor facilidad, que un individuo que no tenga esta predisposición biológica.
Es decir, la vulnerabilidad biológica y los factores ambientales
desencadenantes se entretejen (Charney, 2004).
El estrés juega un papel importante en los trastornos
psiquiátricos relacionados con la ansiedad y la depresión.
REGULACIÓN CENTRAL DE LA ACTIVIDAD DEL EJE HHA
Dos estructuras del sistema límbico, el hipocampo y la
amígdala y una estructura cortical, el cortex prefrontal medial están
implicados en la regulación de la actividad del eje HHA (Feldman et al., 1995).
El hipocampo y el cortex prefrontal son inhibidores de la
actividad del eje HHA. En cambio, la amígdala está implicada en la activación
del eje HHA (Swanson and Petrovich, 1998).
La contribución de cada una de estas estructuras a la
respuesta de estrés se pondera con la contribución del resto de estructuras.
Por su función estratégica en relación al estrés, vamos a
destacar el papel de la amígdala:
La amígdala interviene en la percepción de los estímulos que
suscitan miedo y en la reacción del individuo ante los mismos. Esta capacidad
funcional de la amígdala viene dada por el tipo de conexiones de esta
estructura con otras del SNC.
La amígdala recibe información de:
La corteza cerebral, señales que llevan información
sensorial, que nos informa acerca de lo que ocurre en el entorno.
Desde la corteza prefrontal, de regiones que intervienen en
la formación de asociaciones abstractas y por tanto, en la elaboración de la
información.
Directamente desde los órganos de los sentidos, una
información sensorial que no pasa por la corteza. Por ello, las amenazas subliminales
pueden activar la amígdala incluso antes de que se tenga conciencia de su
causa.
Este tipo de información sería la que influye en una persona
víctima de una violación mientras está hablando animada y distendidamente con
un grupo de personas. De repente empieza a sentir ansiedad y su corazón a latir
con fuerza. Quizá, al cabo de un rato pueda descubrir que ha oído una voz
masculina a su espalda que se asemeja mucho a la del que le agredió.
La amígdala se relaciona con otras estructuras cerebrales a
través de diversos neurotransmisores, entre los que destacaremos el
neurotransmisor CRF del eje HHA.
La amígdala también devuelve información al cortex
prefrontal. Con ella, el cortex podrá formar juicios acerca de los
acontecimientos que finalmente, desencadenarán una conducta como respuesta. Por
ello, las decisiones y las valoraciones acerca de los hechos y las situaciones,
pueden verse tan influidas por el estado emocional.
La amígdala participa en la formación de ciertos tipos de
memoria. La activación de la amígdala y de los mecanismos hormonales
correspondientes, establecen recuerdos de situaciones amedrentadoras, que
constituyen una forma de memoria implícita, que no exige conocimiento
consciente. El factor CRF es crucial en la inducción de ciertas formas de
plasticidad en la amígdala (Rainnie et al., 2004).
Fisiopatología
El efecto que tiene la respuesta estrés en el organismo es
profundo:
Predominio del sistema nervioso simpático (vasoconstricción
periférica, midriasis, taquicardia, taquipnea, ralentización de la motilidad
intestinal, etc.)
Liberación de catecolaminas (adrenalina y noradrenalina), de
cortisol y encefalina.
Aumento en sangre de la cantidad circulante de glucosa,
factores de coagulación, aminoácidos libres y factores inmunitarios.
Todos estos mecanismos los desarrolla el cuerpo para
aumentar las probabilidades de supervivencia frente a una amenaza a corto
plazo, no para que se los mantenga indefinidamente, tal como sucede en algunos
casos.
A medio plazo, este estado de alerta sostenido desgasta las
reservas del organismo y puede producir diversas patologías (trombosis, ansiedad,
depresión, inmunodeficiencia, dolores musculares, insomnio, trastornos de
atención, diabetes, etc.)
El estrés provoca inmunodepresión. La liberación de hormonas
de estrés inhiben la maduración de los linfocitos, encargados de la inmunidad
específica.5
Las consecuencias, por ende, terminan siendo fisiológicas,
psicológicas y conductuales. Estas generan daños en el cuerpo que afectan la
calidad de vida de las personas. A continuación se presenta una lista de los
estragos más comunes causados por el estrés:
- Obesidad y sobrepeso
- Pérdida del cabello
- Depresión
- Reducción del deseo sexual
- Menstruación irregular
- Acné
- Úlceras
- Insomnio
- Disminución de fertilidad
- Enfermedades cardíacas
El origen del estrés se encuentra en el cerebro, que es el
responsable de reconocer y responder de distintas formas a los estresores. Cada
vez son más numerosos los estudios que corroboran el papel que juega el estrés
en el aprendizaje, la memoria y la toma de decisiones. Un estudio de la
Universidad de California demostró que un estrés fuerte durante un corto
período de tiempo, por ejemplo, la espera previa a la cirugía de un ser
querido, es suficiente para destruir varias de las conexiones entre neuronas en
zonas específicas del cerebro. Esto es, un estrés agudo puede cambiar la
anatomía cerebral en pocas horas. El estrés crónico, por su parte, tuvo en
experimentos con ratas el efecto de disminuir el tamaño de la zona cerebral
responsable de la memoria.6
Factores
desencadenantes
Los llamados estresores o factores
estresantes son las situaciones desencadenantes del estrés y pueden
ser cualquier estímulo, externo o interno (tanto físico, químico, acústico o
somático como sociocultural) que, de manera directa o indirecta, propicie la
desestabilización en el equilibrio dinámico del organismo (homeostasis).
Una parte importante del esfuerzo que
se ha realizado para el estudio y comprensión del estrés, se ha centrado en
determinar y clasificar los diferentes desencadenantes de este proceso. La
revisión de los principales tipos de estresores que se han utilizado para
estudiar el estrés, nos proporciona una primera aproximación al estudio de sus
condiciones desencadenantes, y nos muestra la existencia de diez grandes
categorías de estresores:
1. situaciones que
fuerzan a procesar información rápidamente,
2. estímulos ambientales
dañinos,
3. percepciones de
amenaza,
4. alteración de las
funciones fisiológicas (enfermedades, adicciones, etc.),
5. aislamiento y
confinamiento,
6. bloqueos en nuestros
intereses,
7. presión grupal,
8. frustración.
9. no conseguir
objetivos planeados.
10. relaciones sociales
complicadas o fallidas.
Sin embargo, cabe la posibilidad de
realizar diferentes taxonomias sobre los desencadenantes del estrés en
función de criterios meramente descriptivos; por ejemplo, la que propusieron
Lazarus y Folkman (1984), para quienes el 'estrés psicológico es
una relación particular entre el individuo y el entorno (que es evaluado por el
individuo como amenazante o desbordante de sus recursos y que pone en peligro
su bienestar). Por eso se ha tendido a clasificarlos por el tipo de cambios que
producen en las condiciones de vida. Conviene hablar, entonces, de cuatro tipos
de acontecimientos estresantes:
·
Los estresores unicos: hacen
referencia a cataclismos y cambios drásticos en las condiciones del entorno de
vida de las personas y que, habitualmente, afectan a un gran número de ellas.
·
Los estresores multiples: afectan sólo a una persona o a un pequeño grupo de ellas, y se corresponden con
cambios significativos y de transcendencia vital para las personas.
·
Los estresores cotidianos: se
refieren al cúmulo de molestias, imprevistos y alteraciones en las pequeñas
rutinas cotidianas.
·
Los estresores biogeneticos: son
mecanismos físicos y químicos que disparan directamente la respuesta de estrés
sin la mediación de los procesos psicológicos.
Estos estresores pueden estar presentes
de manera aguda o crónica y, también, pueden ser resultado de la anticipación
mental acerca de lo que puede ocurrir en el futuro.
Estados de adaptación
Selye describió el síndrome general de
adaptación como un proceso en tres etapas:
1. alarma de reacción: cuando el cuerpo detecta el
estímulo externo;
2. adaptación: cuando el
cuerpo toma contramedidas defensivas hacia el agresor;
3. agotamiento:
cuando comienzan a agotarse las defensas del cuerpo.
El estrés incluye 'distrés', con consecuencias negativas para
el sujeto sometido a estrés, y 'eustrés', con consecuencias positivas para
el sujeto estresado. Es decir, hablamos de eustrés cuando la respuesta del
sujeto al estrés favorece la adaptación al factor estresante. Por el contrario,
si la respuesta del sujeto al estrés no favorece o dificulta la adaptación al
factor estresante, hablamos de distrés. Por poner un ejemplo: cuando un
depredador nos acecha, si el resultado es que corremos estamos teniendo una
respuesta de eustrés (con el resultado positivo de que logramos huir). Si por
el contrario nos quedamos inmóviles, presas del terror, estamos teniendo una
respuesta de distrés (con el resultado negativo de que somos devorados). En
ambos casos ha habido estrés. Se debe tener en cuenta además, que cuando la
respuesta estrés se prolonga demasiado tiempo y alcanza la fase de agotamiento,
estaremos ante un caso de distrés.
El estrés puede contribuir, directa o
indirectamente, a la aparición de trastornos generales o específicos del cuerpo
y de la mente.
En primer lugar, esta situación hace
que el cerebro se
ponga en guardia. La reacción del cerebro es preparar el cuerpo para la acción
defensiva. Elsistema nervioso se centra en el estímulo
potencialmente lesivo y las hormonas liberadas, activan los sentidos, aceleran el
pulso y la respiración, que se torna superficial y se tensan los músculos. Esta
respuesta (a veces denominada reacción de lucha o huida) es
importante, porque nos ayuda a defendernos contra situaciones amenazantes. La
respuesta se programa biológicamente. Todo el mundo reacciona más o menos de la
misma forma, tanto si la situación se produce en la casa como en el trabajo.
Los episodios cortos o infrecuentes de
estrés representan poco riesgo. Pero cuando las situaciones estresantes se
suceden sin resolución, el cuerpo permanece en un estado constante de alerta,
lo cual aumenta la tasa de desgaste fisiológico que conlleva a la fatiga o el
daño físico, y la capacidad del cuerpo para recuperarse y defenderse se puede
ver seriamente comprometida. Como resultado, aumenta el riesgo de lesión o
enfermedad.
Desde hace 20 años, muchos estudios han
considerado la relación entre el estrés de trabajo y una variedad de
enfermedades. Alteraciones de humor y de sueño,
estómago revuelto, dolor de cabeza y relaciones alteradas con familia y amigos
son síntomas de problemas relacionados con el estrés que se ven comúnmente
reflejados en estas investigaciones. Estas señales precoces del estrés de
trabajo son fácilmente reconocibles. Pero los efectos del estrés de trabajo en
las enfermedades crónicas son más difíciles de diagnosticar, ya que estas
enfermedades requieren un largo período de desarrollo y se pueden ver influidas
por muchos factores aparte del estrés. Sin embargo, gran número de evidencias
sugieren que el estrés tiene un papel preponderante en varios tipos de
problemas crónicos de salud, particularmente en las enfermedades
cardiovasculares, las afecciones musculoesqueléticas y las afecciones
psicológicas.
En la actualidad existe una gran
variedad de datos experimentales y clínicos que ponen de manifiesto que el
estrés, si su intensidad y duración sobrepasan ciertos límites, puede producir
alteraciones considerables en el cerebro.
Éstas incluyen desde modificaciones más o menos leves y reversibles hasta
situaciones en las que puede haber muerte neuronal. Se sabe que el
efecto perjudicial que puede producir el estrés sobre nuestro cerebro está
directamente relacionado con los niveles de hormonas (glucocorticoides,
concretamente) secretados en la respuesta fisiológica del organismo. Aunque la
presencia de determinados niveles de estas hormonas es de gran importancia para
el adecuado funcionamiento de nuestro cerebro, el exceso de glucocorticoides
puede producir toda una serie de alteraciones en distintas estructuras
cerebrales, especialmente en el hipocampo, estructura que juega un papel
crítico en muchos procesos de aprendizaje y memoria. Mediante distintos
trabajos experimentales se ha podido establecer que la exposición continuada a
situaciones de estrés (a niveles elevados de las hormonas del estrés) puede
producir tres tipos de efectos perjudiciales en el sistema nervioso central, a
saber:
1. Atrofia dendrítica. Es un proceso
de retracción de las prolongaciones dendríticas que se produce en ciertas
neuronas. Siempre que termine la situación de estrés, se puede producir una
recuperación de la arborización dendrítica. Por lo tanto, puede ser un proceso
reversible.
2. Neurotoxicidad. Es un proceso
que ocurre como consecuencia del mantenimiento sostenido de altos niveles de
estrés o GC (durante
varios meses), y causa la muerte de neuronas hipocampales.
Exacerbación de distintas
situaciones de daño neuronal. Éste es otro mecanismo importante por el cual, si al mismo tiempo
que se produce una agresión neural (apoplejía, anoxia, hipoglucemia,
etc.) coexisten altos niveles de GC, se reduce la capacidad de las neuronas
para sobrevivir a dicha situación dañina
Información de :
- Los cerebros reunidos (Cristina Aguayo-Mazzucato) 27-11-2008, consultado 27-11-2008
- Wulf SAur. (2012). Enfermedades asociadas al puesto de trabajo. Biomedical Therapy, Volumen 5, (Número 1), pág. 4-13.
- Informe sobre estrés y trabajo de la Agencia Europea para la Seguridad y Salud en el Trabajo (OSHA)
- Instituto Nacional de Salud y Seguridad Ocupacional (NIOSH) del CDC
- http://www.neuroclassics.org/ESTRES/ESTRES.htm#Selye-1975a
By
KRAD, Octubre 2013
No hay comentarios:
Publicar un comentario
Deja un comentario o pregunta