lunes, 18 de noviembre de 2013

TEMA 12: PRIMEROS AUXILIOS PSICOLOGICOS

Los   primeros    auxilios   psicológicos

Los PAP (primeros Auxilios Psicológicos): concepto, características y objetivos.
Características de los PAP:

- Son intervenciones de primera instancia.
- Son inmediatas y de corta duración.
- Están dirigidas a cualquier persona impactada por un incidente crítico.

- Su objetivo principal es proporcionar apoyo, reducir el peligro de muerte y enlazar a la persona en crisis con los recursos de ayuda.
- Los PAP los proporciona cualquier persona suficientemente entrenada y formada.
- Se proporcionan principalmente en el mismo lugar del suceso.

El objetivo de nuestra intervención es “ayudar a la persona a aceptar lo sucedido, expresar sentimientos, facilitar que busque soluciones y apoyo social, ayudar a que recupere el nivel de funcionamiento que tenía antes del incidente y prevenir la aparición de consecuencias negativas para su salud mental”.

 Los objetivos que persiguen los PAP son, según Gómez-Mascaraque y Corral Torres, los siguientes:

 - Proporcionar apoyo, facilitando que la persona se sienta escuchada y comprendida, facilitando la expresión de sentimientos y la ventilación de emociones negativas como el miedo, la tristeza, la angustia o el enfado.
 - Reducir la mortalidad: al entender que el suceso estresor puede generar situaciones violentas como agresiones a otras personas o a sí mismo; actuando en consecuencia para evitarlo (desarrollar su red de apoyo informal, favorecer su ingreso hospitalario, etc.)
 - Ser el nexo de unión con recursos de ayuda, proporcionándole información sobre los recursos necesario y brindándole orientación sobre qué hacer y cómo hacerlo. “La búsqueda de apoyo social será fundamental para toda persona que haya vivido un suceso crítico, sin embargo, debemos prestar especial atención ante grupos específicos como niños, ancianos y discapacitados”.

La   formación   que deben  tener    los    profesionales   para       trabajar  en  crisis y  emergencias     sociales


El desarrollo de actitudes y habilidades para facilitar la comunicación y la expresión de sentimientos va a resultar clave si nuestra actuación persigue el alivio del sufrimiento hu- mano, a través de nuestra intervención profesional. En muchas ocasiones, lo que necesita la persona puede no consistir en la obtención de recurso sino, por el contrario,  en una necesidad que va más allá de todo eso; lo que nos está expresando es una demanda de tipo emocional donde poder desahogarse y sentirse escuchada y aliviada. Además, esta actuación es fundamental para reducir el impacto de estas situaciones de “crisis” sobre la vida y la salud emocional de las personas y familias. Identificar estas situaciones de crisis va a resultar fundamental como estrategia preventiva de mayores desarreglos y va a posibilitar la canalización de todas esas emociones negativas que están paralizando a la persona y que pueden posicionarla en una situación grave riesgo social. El papel de Trabajador Social ante situaciones de crisis, en el desempeño de la relación de ayuda y a través de la implementación de primeros auxilios psicológicos, va a dar res- puesta a las necesidades emocionales de esa persona; ayudándola a clarificar las posibilidades que tiene y a ventilar sentimientos angustiantes.
Ojo, no se trata de iniciar con la persona una sesión de psicoterapia. Igualmente, tampoco se trata de un intrusismo profesional; simplemente consiste en permitir que las emociones afloren a través de la comunicación, con el simple objetivo de proporcionar alivio a través de la descarga y la exteriorización de las emociones, en una interacción de ser humano a ser humano para, a partir de ahí iniciar una intervención profesional dirigida al desarrollo y la estimulación, acompañando y asesorando en las posibilidades de acción, dejando que tome sus propias decisiones; y no dejar que quede atrapada en una situación paralizante de crisis. Tras esta actuación, algunos necesitarán ayuda profesional, otros saldrán adelante pero con algunas secuelas psicológicas y otros habrán activado sus mecanismos de resiliencia para, a pesar del dolor sufrido, salir fortalecidos del suceso.

CARACTERÍSTICAS DE LAS SITUACIONES DE CRISIS

- Evento Peligroso
Acontecimiento estresante, interno o externo al mundo personal, que ocurre en el curso de la vida, y que inicia una serie de reacciones ya sean predecibles o bien inesperados y accidentales.

- Estado Vulnerable
Tipo de reacción subjetiva ante el evento peligroso. La persona responde según sea su percepción del evento.

- Estado de Crisis Activo
La persona se encuentra en estado de desorganización, la tensión excitante la ha invadido, su proceso homeostático se desequilibró. La duración será de 1 a 4 horas; puede experimentar “visión en túnel”; exceso de actividad sin objetivo o inmovilización; alteraciones cognoscitivas, acompañado por preocupaciones o ideas distorsionadas por los eventos. Posteriormente se llega a un periodo de reajuste gradual y resignificación, reforzando mecanismos de afrontamiento y adaptación.

- Agotamiento
La persona pudo haber manejado efectivamente, y durante tiempo prolongado, la situación de emergencia, pero llega a un punto de agotamiento en el cual no tiene más fuerza para afrontar la situación.

- Choque
Un cambio repentino en el entorno de la persona provoca que las emociones sean liberadas de manera explosiva, lo cual incapacita los mecanismos de enfrentamiento. Como no existe un aviso previo que permita al individuo asumir el impacto, cae en estado de choque emocional.


OBJETIVOS DE LOS PRIMEROS AUXILIOS PSICOLÓGICOS

  • Alivio en lo inmediato de los síntomas de reacción.
  • Restauración de un nivel de funcionamiento CASIC mínimo: (Cognitivo, Afectivo y Somático, Interpersonal y Conductual).
  • Cierta comprensión de los eventos precipitantes relevantes que condujeron al desequilibrio.
  • Identificación de los recursos de ayuda y rescate que se pueden utilizar: Personales, familia, profesionales, comunidad, etcétera.
  • Iniciar nuevas formas de Percibir, Pensar y Sentir lo hasta ahora sucedido.
  • Desarrollar habilidades de afrontamiento efectivo, autoestima, asertividad y solución de conflictos.
  • Dar seguimiento a la intervención o asegurar su atención especializada posteriormente.


El proceso de ayuda para que las personas puedan recuperar el equilibrio después de un incidente crítico puede tomar de 1 a 6 semanas. Puesto que la experiencia de crisis es un periodo de alto riesgo para la persona como para su familia, se requiere que la ayuda esté disponible de modo inmediato y en una ubicación de fácil acceso.

El énfasis en la oportunidad se considera para reducir el peligro de respuestas violentas y, al mismo tiempo, para potenciar la motivación del paciente a hallar un nuevo planteamiento para afrontar las circunstancias del suceso.

La meta de los Primeros Auxilios Psicológicos es restablecer la homeostasis emocional. El objetivo es auxiliar a la persona a dar pasos concretos hacia el afrontamiento de la crisis, lo cual incluye el manejo adecuado de los sentimientos, el control de los componentes subjetivos de la situación y comenzar el proceso de solución del problema.

COMPONENTES ESTRATÉGICOS DE LOS PRIMEROS AUXILIOS PSICOLÓGICOS


1.Realizar Contacto Psicológico

Se define este primer contacto como empatía o “sintonización” con los sentimientos y necesidades de una persona durante su crisis.
La tarea es escuchar cómo la persona en crisis visualiza la situación y se comunica con nosotros. Así mismo, se invita a la persona a hablar, y a escucharse, sobre lo sucedido (los hechos) y dar cuenta de sus reacciones (sentimientos y actitudes) ante el acontecimiento, estableciendo lineamientos reflexivos y sentimientos encontrados.

Existen varios objetivos del primer contacto psicológico; el primero es que la persona sienta que se le escucha, acepta, entiende y apoya; lo que a su vez conduce a una disminución en la intensidad de sus ansiedades; el primer contacto psicológico puede servir para reducir el dolor de estar solo durante una crisis, pero en realidad se dirige a algo más que esto.

2. Analizar las Dimensiones del Problema

La indagación se enfoca a tres áreas: a) presente b) pasado inmediato y c) futuro inmediato. El presente hace referencias a “qué sucedió, cómo te sientes, qué piensas, qué puedes hacer. El pasado inmediato remite a los acontecimientos que condujeron al estado de crisis y su indagación implica preguntas como: “quién, qué, dónde, cuándo, cómo”; El futuro inmediato se enfoca hacia cuáles son los eventuales riesgos para la persona, y prepararse para las soluciones inmediatas.

3.Buscar Posibles Soluciones

Implica la identificación de un rango de soluciones alternativas tanto para las necesidades inmediatas, como para las que pueden dejarse para después. Esto implica llevar o “acompañar” a la persona en crisis a generar alternativas, seguido de otras posibilidades. Una segunda cuestión es la importancia de analizar los obstáculos para la ejecución de un plan en particular.

4.Iniciar Pasos Concretos

Implica ayudar a la persona a ejecutar alguna acción concreta. El objetivo es en realidad muy limitado: no es más que dar el mejor paso próximo, dada la situación. El interventor tomará un actitud facilitadora o directiva, según las circunstancias, en la ayuda al paciente para tratar con la crisis.

5.Verificar el Progreso

Implica el extraer información y establecer un procedimiento que permite el seguimiento para verificar el progreso de ayuda.


El seguimiento puede suceder mediante un encuentro posterior, cara a cara o por teléfono o correo electrónico. El objetivo es ante todo completar el circuito de retroalimentación o determinar si se lograron o no las metas de los Primeros Auxilios Psicológicos: el suministro de apoyo, reducción de la mortalidad y cumplimiento del enlace con fuentes de apoyo.



Qué hacer y Qué No hacer durante la intervención en crisis:

A) Que hacer:

- Desarrollar el sentido de escucha-responsable. Escuchar atentamente, sintetizando brevemente los
sentimientos del afectado. Hágalo sentir que usted lo entiende y comprende por lo que esta pasando,
esto es la empatía.
- Ser cortés, honesto y transparente; ganarse la confianza y cooperación del afectado.
- Ser realista y objetivo.
- Favorecer la dignidad y libertad para que las víctimas trabajen en sus problemas.
- Favorecer la confianza y seguridad.
- Estar alerta sobre las oportunidades de dar énfasis a las cualidades y fuerzas de la persona.
- Aceptar el derecho de los afectados de sentirse así.
- Realice preguntas saludables y efectivas.
- Pida una retroalimentación para ver si está usted comprendiendo.

B) Reglas del NO:

- No ofrecer algo que no pueda cumplir.
- No le tenga miedo al silencio, ofrezca tiempo para pensar y sentir.
- No se sienta inútil o frustrado. Usted es importante y lo que está haciendo vale la pena.
- No muestre ansiedad ya que ésta puede ser fácilmente transmitida a los afectados.
- No ofrezca respuesta, más bien facilite la reflexión.
- No permita que el enojo u hostilidad de la persona lo afecte.
- No los presione a hablar de Dios, sea comprensivo con las creencias religiosas.
- No tenga miedo de admitir que el afectado necesita más ayuda de la que usted le pueda brindar.
Puede referirlo a profesionales especializados (Psicólogos)
- No permita que las personas se concentren únicamente en los aspectos negativos de la situación.
- No muestre demasiada lástima o paternalismo. Tampoco se exprese de manera autoritaria o
impositiva. Busque un punto intermedio entre estas dos posiciones.
- No espere que la victima funcione normalmente de inmediato.
- No confronte a una persona en crisis si este se va asentir amenazado.
- No insista con preguntas más allá del punto en que la persona no desea hablar.
- No trate de interpretar las motivaciones ocultas de un comportamiento.
- No moralice o sermonee.
- No intente progresar demasiado rápido en el proceso de intervención en crisis.
- No considere de manera superficial las amenazas de suicidio u homicidio.
- No aliente a alguien a hacer algo que en realidad no quiere hacer.

Principios técnicos utilizados en los Primeros Auxilios Psicológicos:

- Escucha responsable: escuchar atentamente y cuidadosamente.
- Permitir la libre expresión de la persona, en primer término.
- Transmitir la necesidad de aceptar lo ocurrido, pues ya no se puede modificar.
- En un segundo momento, realizar una conversación limitada y lo mas abierta posible. No excederse
en un “interrogatorio fiscal”.
- Realizar resúmenes periódicos de la exposición de la persona: organización del pensamiento.
- Proveer información.
- Orientar en lo necesario pero evitando los “Consejos Directivos”
- Aceptación de las personas tal y como son, respetando su dignidad y sus derechos.
- Empatía, que significa ponerse en el lugar del otro, comprender lo que le está sucediendo.
- Crear una atmósfera cálida y humana alrededor de la víctima.
- Posibilidad de desarrollar reuniones grupales con diversas personas que pasaron por lo mismo.


- Desarrollo de actividades para el manejo del estrés.




Recopilación de información de:

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KRAD Noviembre 2013

TEMA 11: IMPACTO EN LA SALUD MENTAL EN LOS EQUIPOS DE 1ERA RESPUESTA

No existe ningún tipo de entrenamiento que pueda eliminar completamente la posibilidad de que una persona que trabaja con víctimas y cantidades importantes de lesionados y cadáveres en el marco de una situación de desastre, sea afectada en el orden psíquico. Los trabajadores de emergencias enfrentan situaciones específicas, como pueden ser la falla en la misión, la vivencia de excesivo sufrimiento humano, las muertes traumáticas, los cuerpos mutilados o quemados, las situaciones amenazantes para su propia integridad física, la pérdida de compañeros de equipo o presenciar accidentes masivos .


Entendemos como equipos de primera respuesta al conjunto de personas que integran una determinada organización y prestan sus servicios en los momentos iniciales en situaciones de emergencias o desastres en diferentes funciones de primera línea, como ayuda humanitaria y servicios de salud, y otras labores operativas de campo, como el combate de incendios, el rescate de personas, la atención de heridos, etc. Todas las personas que realizan este tipo de trabajo, ya sea por largo tiempo o durante una sola experiencia, son vulnerables al estrés.

El estrés agudo es uno de los riesgos ocupacionales más graves en el servicio de emergencias, porque afecta la salud y el desempeño en el trabajo, así como la vida familiar y espiritual.

El evento traumático puede producir una serie de reacciones emocionales, conductuales y fisiológicas, y tiene el potencial de interferir en las habilidades para actuar en el lugar de las operaciones en forma inmediata o, posteriormente, en el retorno a la rutina laboral y familiar . Los problemas emocionales también pueden promover el mayor consumo de alcohol o drogas.

Es responsabilidad de los líderes proteger no solamente la salud física sino también la salud mental de los integrantes de los equipos de respuesta como única garantía para cumplir con éxito las tareas y proteger al personal contra los efectos destructivos del estrés.




El trabajo en desastres y emergencias incluye el enfrentamiento a situaciones estresantes, como las siguientes:

• Largas horas de esfuerzo continuo.

• Lucha contra el tiempo por salvar vidas.

• Trabajo en ambientes adversos (estructuras colapsadas, derrames químicos, etc.).

• Trabajo en condiciones climáticas adversas (lluvias persistentes, réplicas de sismos y otras).

• Labores pesadas (como remoción de escombros).

• Presión por tener que trabajar ante la presencia de periodistas.

• Equipo inadecuado o insuficiente.

• Alteración en el ritmo diario de vida (como dormir y comer).

• Labor de triage (procedimiento utilizado para clasificar a los heridos, lesionados y afectados, en el lugar del incidente, según su gravedad y prioridad para la atención y evacuación).

• Servicios públicos esenciales destruidos.

• Presión por parte del público por encontrar a sus familiares desaparecidos.

• Información confusa o contradictoria, rumor o desinformación.



Factores de riesgo




Existen condiciones que influyen en la eficiencia de los equipos de respuesta y que favorecen la aparición de problemas psicosociales. A continuación abordamos algunos de ellos .

Factores individuales

• Enfermedades crónicas como asma, cardiopatías, hipertensión arterial, úlceras y diabetes, entre otras.

• Problemas o situaciones previas que provocaron estrés, por ejemplo, la pérdida del empleo, conflictos familiares, divorcio, enfermedades de algún miembro de la familia, etc. Las experiencias traumáticas anteriores vulneran la capacidad de resistencia y pueden dar lugar a reacciones violentas o incapacitantes.

• La edad: los más jóvenes están más propensos a sufrir problemas emocionales que los mayores . Se recomienda que los adolescentes y jóvenes sean destinados a labores administrativas u organizativas y se evite exponerlos a situaciones de gran sufrimiento humano.

• Pérdidas personales o lesiones: en ocasiones, los integrantes de los equipos de ayuda han perdido familiares cercanos o bienes personales en el desastre; esta situación los puede incapacitar para tomar decisiones objetivas o hacer perder la concentración necesaria para realizar sus labores.

• El personal de respuesta puede resultar lesionado por las labores encomendadas y tener que ser retirado del lugar; los sentimientos de frustración y de culpa pueden ser muy grandes al sentir que no pueden seguir realizando las acciones para las cuales han sido preparados.


• Las primeras personas que llegan a la emergencia, o los que tienen mayor contacto con las víctimas, tienen más problemas psicológicos que los que van llegando posteriormente debido, fundamentalmente, al impacto visual que puede ejercer la magnitud de la devastación sufrida y el estado en que se encuentren las personas o los cadáveres.


Factores interpersonales

• Las responsabilidades laborales pueden generar situaciones de conflicto con la familia, por ejemplo, por un lado, querer participar en las labores de la emergencia, y, por otro, la presión familiar para que se cumpla con las responsabilidades, en especial, si se tienen hijos pequeños o familiares enfermos.

• El tiempo prolongado de separación de los integrantes de los equipos de respuesta de sus estructuras de soporte social (familia, comunidad, amigos, etc.) puede generar sentimientos de nostalgia y de haber sido olvidados.


• Muchas peculiaridades propias de cada personalidad (humor negro, conducta desconfiada, tardanza, mal humor, etc.) son normalmente aceptadas; sin embargo, en situaciones de emergencias y cuando los colectivos están bajo presión prolongada, pueden causar conflictos interpersonales.





Factores comunitarios

• Los medios de comunicación social y los curiosos en la escena de la emergencia pueden contribuir a aumentar la presión emocional sobre los equipos de respuesta.

• La presencia de grupos armados o de violencia política hace que el desempeñar labores humanitarias incremente el riesgo y la tensión, en especial, si hay antecedentes de violaciones de los derechos humanos, secuestros y muertes que involucran también a los integrantes de los equipos de respuesta.


Estímulos traumáticos

A través de sus experiencias, los integrantes de los equipos de respuesta han aprendido una serie de
estrategias para evitar quedar inmovilizados por las escenas de un desastre. Sin embargo, hay algunos estímulos traumáticos que afectan seriamente a este personal como, por ejemplo, los siguientes:

• Entrar en contacto directo con víctimas durante un tiempo prolongado, mientras luchan por lograr su rescate o atención; en ocasiones, algunas de ellas mueren.

• Encontrar cadáveres de niños o con graves heridas; el personal tiende a identificarse con ellos, en especial, si tienen hijos con edades similares.

• La presencia de gran número de cadáveres, en especial, si están seriamente mutilados o tienen varios días, o si descubren conocidos entre ellos.

PREVENCION Y MITIGACION DEL STRESS EN EMERGENCIAS

Es responsabilidad de los oficiales que poseen comando y poder de decisión el cuidar no solamente la salud física y mental de los integrantes de los equipos de respuesta como única garantía de cumplir con éxito la misión encomendada y proteger al personal contra los efectos destructivos del stress-trauma.

A continuación se analizarán varios aspectos que se tienen que tener en cuenta par mantener la operatividad de nuestros equipos de respuesta y evitar que sucumban bajos los efectos del stress.

A. NUTRICION:

B. ACTIVIDAD FISICA

C. SALUD MENTAL

1.El principal objetivo inmediato con los trabajadores de los equipos de respuesta que participan en un desastre o se ven involucrados en un incidente crítico en stress es el de minimizar la severidad y duración del trauma emocional.

2.Se debe permitir la expresión de sus emociones y ayudarlos a entender y comprender sus sentimientos y los efectos psicológicos que puedan aparecer algunas semanas después.

3.Existen técnicas de desmovilización psicológica que se orientan a los objetivos planteados líneas arriba y se conoce como "Debriefing", el cual puede ser espontáneo o dirigido, esta acción la puede realizar personal entrenado pero de preferencia por psicólogos, previamente capacitados.

4.Con la finalidad de evitar la fatiga emocional, y la aparición de errores por parte de los equipos de respuesta en situaciones de desastre se sugiere el siguiente horario de trabajo: 12 horas de trabajo por 12 de descanso, durante la primera semana. Posteriormente 5 días de trabajo por un día libre y en condiciones extremas de alto riesgo 2 horas de trabajo por 15 minutos de descanso.

5.El "Debrifing" debe de ser aplicado inmediatamente después de una situación de incidente crítico en stress, se pueden realizar mini debrifing, en los intervalos de descanso.

6.Después de una semana se debe de realizar un seguimiento y reunión con el equipo para evaluar su readaptación a la rutina laboral y familiar.

7.El Debrifing no es una reunión de crítica ni de poses de dureza emocional sino es más bien una oportunidad en la cual el trabajador del equipo de respuesta puede expresar sus emociones y sentimientos, y ser comprendido, manifiesta sus síntomas físicos y psicológicos que puede estar sintiendo aprende a reconocerlos como reacciones esperadas en estas circunstancias y se prepara para reintegrarse a la rutina diaria.


8.Al término de una emergencia que a significado situaciones de alto riesgo o peligro para los equipos de respuesta, o a demandado gran agotamiento de éstos equipos, se recomienda al retorno a la base una breve sesión de "Desmovilización" (defusing), el cual se aplica el mismo día y en forma inmediata, no requiere la presencia de un profesional psicólogo, y permite la ayuda a estabilizar la situación y mitigar el impacto, bajo la consigna nadie debe de regresar a sus hogares o labores acostumbradas sin antes haber pasado por esta actividad.

9.El "defusing" debe realizarse en forma inmediata y antes de realizar cualquier otra tarea de limpieza o arreglo personal, no es una sesión de critica, más bien de comentario y desfogue emocional, puede durar minutos u horas, los miembros del equipo se sientan en circulo y en intimidad, tiene una fase de introducción en la cual se indica lo que se va a realizar, una de exploración de las emociones y otra de información sobre lo esperado en situaciones de stress, y su carácter pasajero.

D. SOPORTE PSICOSOCIAL

1. Bourne (Neurofisiólogo-USA) que realizó trabajos en Viet-nam, manifiesta que aún en situaciones muy peligrosos, si el individuo siente que cuenta con el apoyo del grupo, tiene la noción de que domina la situación y siente que desempeña una función social muy importante, quedará protegido contra los efectos negativos del Stress.

Es decir, existen ciertos factores psicosociales que protegen al individuo de los efectos dañinos del stress, así este se encuentre en circunstancias extremadamente peligrosas y esto tienen que ver con el grado de camaradería, compañerismo e integración del grupo del cual forma parte, de la confianza que tiene en sus conocimientos técnicos y el dominio que le permiten estas habilidades y conocimientos para poder manejar y dominar las situaciones por complejas que éstas sean, y por último del grado de convencimiento de que está realizando una misión muy importante y apreciada socialmente, contribuyendo a aliviar el dolor, el sufrimiento y a salvar vidas humanas.

2. Rof Carballo (Neurofisiólogo español) manifiesta que un sujeto expuesto de caer en una situación de stress, si cuenta con una confiada relación con un confidente, o si tiene alguna persona que lo apoye o si tiene un respaldo afectivo de amistad, amor; quedará protegido de los efectos negativos del stress.
Rof Carballo, presenta un enfoque diferente al anterior, el prioriza el respaldo afectivo como protección al stress, en esto se respaldan algunos trabajos que indican que las personas solas, sin pareja se encuentran en desventaja frente a los casados o los que tienen pareja, cuando sufren el impacto de un incidente crítico en stress, de lo que se deduce que es de vital importancia que en las Instituciones que forman parte de los equipos de respuesta, se promuevan y fortalezcan los lazos de unión entre los diversos grupos familiares de cada uno de sus integrantes a través de reuniones de confraternidad que permitan conocerse y ayudarse mutuamente cuando el caso lo requiera para disminuir el impacto emocional de un incidente crítico en stress, y que les proporcionen la comprensión necesaria a su retorno al hogar, después de haber participado en un desastre.

3. Los grupos familiares deben de conocer las reacciones psicológicas del stress post-traumático afín de poder identificar los síntomas oportunamente, comprenderlos, y solicitar la ayuda correspondiente.

Recomendaciones para los líderes de los equipos de respuesta


Los líderes o personas con responsabilidades en los equipos de respuesta deben tener presente las siguientes recomendaciones, con la finalidad de facilitar el trabajo, mantener la motivación y la moral, así como para cuidar la salud mental de sus subordinados y compañeros de tareas:

• El reconocimiento público y oportuno por el esfuerzo desplegado es muy importante para mantener la autoestima y la confianza del personal.

• Asegurar un mínimo de condiciones en el trabajo, como facilidades de servicios higiénicos, alimentación apropiada y oportuna, agua potable, un lugar de descanso lejos de la escena del desastre y establecer horarios de trabajo.


• No permitir que el personal retorne a su rutina diaria sin antes haber pasado por un proceso de apoyo psicológico, que consiste básicamente en dar la oportunidad para que puedan expresar libremente sus sentimientos, lo que piensan sobre lo ocurrido, las acciones que se han realizado y qué es lo que más les ha afectado en la labor realizada; así mismo, se les debe instruir sobre los posibles síntomas que pueden experimentar en los días subsiguientes y otras recomendaciones (por ejemplo, alimentación, ejercicios, etc.). Esta atención puede realizarla el personal de salud mental asignado al equipo de respuesta.

• En caso de que algún integrante de los equipos de respuesta sufra una lesión importante, debe ser atendido y evacuado inmediatamente. Su permanencia prolongada en el terreno de trabajo tiende a desmoralizar al resto de los integrantes.

• En caso de un incidente que involucre a un integrante de los equipos de respuesta, evite que la familia se entere por la prensa u otras vías alternas; debe movilizarse un grupo de intervención en crisis para informar y atender a la familia.

• Cuando no es posible rotar al personal porque la situación no lo permite, una estrategia alterna es la de reasignarlo a tareas diferentes. Esto facilita que se rompa la visión en túnel que frecuentemente acompaña a un estrés prolongado, que se presenta por el trabajo agotador.

• Se debe tener presente que los líderes también pueden afectarse emocionalmente. Un líder agotado puede fracasar en su labor de dirección.


Conclusiones


• Por las condiciones propias del trabajo que se realiza en situaciones de desastres y emergencia, todos los trabajadores de los equipos de respuesta se afectan psicológicamente en mayor o menor medida.

• La habilidad del personal disminuye por la fatiga y se comienza a cometer errores que pueden ser fatales.

• Los integrantes de los equipos de respuesta deben ayudarse entre sí a reconocer sentimientos de tristeza, duelo, agotamiento, etc.

• Los trabajadores deben ser rotados en sus tareas para evitar la exposición prolongada al estrés.

• El regreso al trabajo y a la vida familiar puede resultar difícil después de un desastre.

• Los equipos y profesionales de salud mental deben priorizar entre sus tareas la asistencia a los miembros de los equipos de respuesta.

• El ejercicio físico, practicado de manera regular, es una eficaz medida preventiva contra el estrés y aporta efectos beneficiosos.


• La alimentación para el personal involucrado en una misión prolongada debe ser de gran interés para los directivos de los equipos de respuesta, si desean tener al personal activo y funcionando.

Recopilacion de informacion en:


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KRAD Noviembre 2013

TEMA 10: CONDUCTAS EN ADULTOS MAYORES

Reacciones psicoemocionales del adulto mayor ante un desastre o una emergencia

Un sector poblacional que suele ser muy afectado, son las personas de 60 años o más, por sus condiciones biopsicosociales y la fragilidad que se presenta con los años, que ante situaciones como los DN pueden incrementar y por supuesto comprometer la salud del adulto mayor (AM), las dimensiones psicosociales de los mismos suelen ser impactadas y si el análisis de la situación de salud familiar refleja la ausencia de factores protectores, entonces el compromiso puede ser mayor. La convivencia con otros adultos mayores o personas discapacitadas o incluso los propios estados de soledad física acrecientan el posible daño.


¿Cómo funciona el adulto mayor ante los desastres?


Dentro de la situación generada en un desastre, el funcionamiento de los ancianos depende del desarrollo gerontológico de la comunidad afectada, visto desde diferentes dimensiones. En el clima de pérdidas que acompaña el diario vivir de los seniles, desde lo micro hasta lo macrosocial, una situación de este tipo crea un daño adicional, que pensamos debe establecerse un protocolo de actuación, en cuanto a la forma de evacuación, las características del lugar de evacuación, los abastecimientos médicos, y otros recursos materiales, la preservación de las propiedades del AM, la morbilidad que puede aparecer en estos casos y la exacerbación de sentimientos depresivos, de pérdida y desesperanza que de forma precoz observamos en estos pacientes.

Esto repercute en el funcionamiento de un anciano integralmente y lleva implícito un cambio en la capacidad de adaptación y cambios, por ende, en la capacidad de reacción. Es importante señalar el arraigo de los ancianos a sus propiedades, al lugar donde viven, en el que quizás nacieron, su relación con familiares que ya no existen o se encuentran distantes y el hogar constituye su punto de encuentro afectivo, donde tienen sus bienes, que muchas veces han adquirido durante toda una vida.

Estos aspectos se conjugan incidiendo en el no abandono y pago a la comunidad, cuestión que los hace resistentes ante la evacuación.

Las áreas de funcionamiento afectadas, serían lo biológico, dentro de esta peso importante en las enfermedades crónicas no trasmisibles, los problemas de la medicación diaria, y las previstas para agudizaciones. En lo psicológico las afectaciones afectivas, cognitivas y perceptuales. Por último y como hemos mencionado no menos importantes los factores sociales, que se asocian con estas dos áreas, y que de forma individual o sumado a los factores anteriores favorecen una declinación del funcionamiento de forma aguda ante este estrés.


En el caso de AM se impone lo que en geriatría ha sido denominado como valoración geriátrica integral (VGI) o valoración geriátrica exhaustiva:

Se puede definir como la valoración y detección multidimensional de déficits en las esferas clínico - médica, funcional, mental, y social, con el fin de conseguir un plan racional e integrado de tratamiento y seguimiento. Va orientada hacia la funcionalidad del sujeto, y por tanto no se centra exclusivamente en un área.

Actualmente se considera la VGI la herramienta o metodología fundamental de diagnóstico global en que se basa la clínica geriátrica a todos los niveles asistenciales, aceptada su utilidad universalmente, incluido nuestro país.

Es necesario tener en cuenta las características propias del adulto mayor. En algunas culturas los ancianos son fuente de experiencia y sabiduría y son la memoria histórica de como las poblaciones, a lo largo del tiempo, han afrontado situaciones críticas; poseen un sentido de identidad, arraigo, así como de pertenencia y preservación de la cultura. Suelen ser un eje unificador al interior de la familia y la comunidad. Son personas que tienen conocimientos sobre métodos tradicionales de curación, apoyan, contienen y dan seguridad a los niños. Los ancianos transmiten experiencias a través de historias, cuentos y canciones; estas generalmente llevan un mensaje positivo de afrontamiento de las situaciones difíciles.
Sin embargo, las experiencias de trabajo con adultos mayores también ponen de manifiesto aspectos de exclusión; algunos se encuentran aislados, carecen de redes de apoyo, son percibidos como una carga para sus familiares, no son tomados en cuenta como factores activos y productivos, se les mantiene desinformados para no "preocuparlos o angustiarlos" y se toman decisiones sobre sus vidas y pertenencias, sin consultarlos.
La mayoría presentan problemas de salud o discapacidades (físicas y/o psíquicas) a las cuales no se les concede, en ocasiones, importancia. También se hace más evidente el deterioro de sus habilidades físicas y mentales. Como factor de riesgo psicosocial adicional se puede citar que han sufrido pérdidas previas de personas significativas.
Todo estas consideraciones hacen más complejas y difíciles las manifestaciones psicosociales que presentan los ancianos como consecuencia de un desastre, y numerosos factores deben ser tomados en cuenta en el abordaje de este grupo poblacional específico.

Es necesario que las experiencias traumáticas, así como las pérdidas y el duelo adquieran diferentes formas de expresión, según la cultura. Los conceptos predominantes sobre la vida y la muerte y la ejecución de los ritos de despedida de los seres queridos adquieren relevancia en los procesos de aceptación y reelaboración de lo sucedido.
Las manifestaciones que describimos pueden ser solo la expresión de una respuesta comprensible ante las experiencias traumáticas vividas, pero también pueden ser indicadores de que se está pasando hacia una condición patológica. La valoración debe hacerse en el contexto de los hechos y las vivencias, determinando si se pueden interpretar como respuestas "normales o esperadas" o por el contrario, pueden identificarse como manifestaciones psicopatológicas que requieren un abordaje profesional.
Algunos criterios para determinar que una expresión emocional se esta convirtiendo en sintomática son:

• Prolongación en el tiempo.
• Sufrimiento intenso.
• Complicaciones asociadas (ejemplo, una conducta suicida).
• Afectación del funcionamiento social y cotidiano de la persona.

A continuación un listado de algunas de las manifestaciones que pueden observarse en personas adultas mayores:
  • Nerviosismo o ansiedad.  
  • Inseguridad.
  • Tristeza y/o llanto.        
  • Necesidad de estar solo.
  • Culpabilidad por haber sobrevivido.       
  • Crisis de miedo o pánico.
  • Ideas de suicidio.            
  • Disminución en la resistencia física.
  • Fatiga.  
  • Dificultades para retornar al nivel normal de
  • Problemas para dormir o descansar.     
  • Confusión para pensar y/o problemas de concentración.            
  • Sentirse frío emocionalmente.
  • Problemas de memoria.              
  • Sentirse abrumado.
  • Disminución de la higiene personal.       
  • Intensa preocupación por otros.
  • Cambio en los hábitos alimenticios.        
  • Náuseas.
  • Pérdida de confianza en uno mismo.     
  • Dolores de pecho o cabeza.
  • Recuerdos muy vivos del evento.           
  • Temblores musculares.
  • Culpar a los demás.        
  • Dificultad para respirar.
  • Frustración.       
  • Palpitaciones o taquicardia.
  • Desorientación en tiempo o lugar.          
  • Aumento de la presión sanguínea.
  • Sentimiento de impotencia.     
  • Uso excesivo de alcohol y/o drogas.     
  • Problemas en el trabajo y/o familia.     
  • Enojo y/o irritabilidad. 


Cuatro Tipos de Reacciones Frente a los Desastres:

El manual de la APA menciona que básicamente se pueden presentar cuatro tipos de respuestas individuales a los desastres:


A) Reacciones normales a los desastres.-
Algunas personas son capaces de mantenerse notablemente calmadas aún en las circunstancias más extremas; sin embargo, la mayoría de nosotros empezamos a sentir los efectos del Síndrome
General de Adaptación (sudoración profusa, temblores, debilidad, estados nauseosos) por un momento y la claridad del pensamiento puede ser difícil. Afortunadamente muchos de nosotros podemos recuperar nuestra compostura bastante bien. Sería engañoso clasificar como anormales estos estados naturales y transitorios.

B) Reacciones paralizantes.-
Se puede esperar también encontrar personas que por un tiempo se queden paralizadas, pueden quedarse paradas o sentadas en medio del caos, como si estuvieran solas en el mundo, su mirada estará perdida, cuando se les habla no podrán responder a todo o simplemente se encogerán de hombros o pronunciarán una o dos palabras, parecen libres de reacción emocional, son incapaces de ayudarse.

C) Reacciones hiperactivas.-
Estas personas pueden estallar en ráfagas de actividad, sin un propósito definido, hablarán rápidamente, bromearán en forma inadecuada y harán sugerencias y demandas inaceptables, pero de poco valor real, pasarán de un trabajo a otro y parecerán incapaces de resistir la más mínima distracción, se muestran intolerantes a cualquier idea que no sea la suya.

D) Reacciones corporales.-

Algunas reacciones corporales han sido ya mencionadas como respuestas temporalmente normales, aunque estos síntomas normales son algo molestos mientras dura, generalmente no interfieren seriamente con la habilidad de la persona para llevar adelante una actividad constructiva en una situación difícil, algunas de estas reacciones, especialmente la debilidad, el temblor, el llanto, pueden no aparecer hasta después de que una persona ha enfrentado y superado efectivamente el peligro inmediato.
Las reacciones corporales mas serias pueden sin embargo incapacitar verdaderamente y es importante reconocer su significado emocional, las náuseas y el vómito son particularmente comunes, estas reacciones se deben de diferenciar de las producidas por radiaciones o contaminaciones químicas.
Otro tipo de incapacidad física es lo que técnicamente llamamos “histeria de conversión”, la persona convierte su gran ansiedad en una creencia vehemente de que alguna parte de su cuerpo ha dejado de funcionar, para todos los propósitos prácticos pueden ser incapaz de ver, oír o hablar

Algunas recomendaciones útiles para los afectados:


• Buscar compañía y hablar. Compartir sentimientos y pensamientos con otros.
• Escuchar y ayudar a sus compañeros.
• Permitirse sentirse mal, deprimido o indiferente.
• Realizar ejercicios físicos suaves, alternados con relajación.
• Estructurar el tiempo y mantenerse ocupado.
• No evadir el dolor o sufrimiento con el uso de drogas o alcohol.
• Tratar de mantener un itinerario de vida lo más normal posible.
• Hacer cosas que lo hagan sentir bien, útil y solidario.
• Tomar pequeñas decisiones cotidianas.
• Descansar lo suficiente.
• Intentar, dentro de lo posible, comer bien y regularmente.
• Saber que los sueños y pensamientos recurrentes acerca del evento traumático son normales y deben ser compartidos

Para los familiares y amigos de los afectados:

• Escucharlos detenidamente y acompañarlos.
• Promover ayuda y solidaridad, así como fortalecer vínculos entre familiares y amigos.
• Proveer información suficiente.
• Estimularlos a participar en las tareas de la vida cotidiana.
• Comprender y aceptar el enojo y otros sentimientos de los afectados.
• No decirles que tienen "suerte de que no les fue peor". Las personas traumatizadas no encuentran consuelo en esas frases. En cambio, se puede expresar que lamenta lo sucedido y que lo entiende.


Las guías a seguir son las siguientes:


Identifique las necesidades de los ancianos.
El principio clave de una buena práctica es estar consciente de la presencia de ancianos en la escena de una emergencia y tomar las medidas necesarias para localizarlos e identificarlos. Es necesario que las intervenciones de ayuda se lleven a cabo en consulta con la comunidad beneficiada. Además, en todas las etapas del proceso se debe consultar directamente a los ancianos sobre las acciones que se llevarán a cabo.
Cubrir sus necesidades básicas.
Los ancianos mismos han identificado varias necesidades básicas, entre ellas, material de construcción (en caso de que sus casas hayan colapsado), alimentos, ayuda para recolectar material combustible, formas que le faciliten el acceso a alimentos preparados, ropa, cobijas, utensilios de cocina y un lugar cómodo para dormir de modo que puedan evitar molestias o dolores musculares provocados por dormir en el piso.
Movilización.

Se identificaron 4 problemas principales:

a. Incapacidad que puede limitar el acceso de los ancianos a servicios básicos.

b. Dificultad para subir a camiones o el riesgo de ser abandonados por ser más lentos en sus movimientos.

c. Si no existen facilidades para su transporte, los ancianos tienen menos posibilidades para llegar hasta los lugares donde se les brindan los servicios básicos.

d. Algunos ancianos pueden tener problemas para movilizarse por haber perdido prótesis o lentes, o por necesitar tratamientos de fisioterapia que les ayude a reducir dolores musculares.
Igualdad de acceso a los servicios básicos

Cuando los problemas de aislamiento, de movilización o físicos hagan difícil el acceso de los ancianos a los centros que brindan servicios básicos, se hace necesario adaptar estos servicios con el fin de que la atención sea equitativa.

Necesidades sociales, psicosociales y familiares



Se han identificado también los traumas sociales y sicológicos que sufren los ancianos como consecuencia de un desastre. El estar separados de su familia y, en algunos casos, la muerte de familiares, los lleva a un estado de soledad y a la pérdida de apoyo. Además, la destrucción de las estructuras sociales puede causar la pérdida del apoyo por parte de la familia o de la sociedad y la pérdida de respeto hacia los ancianos por el rompimiento de valores sociales y culturales. Los ancianos también mencionan la necesidad de ser protegidos del robo y del abuso físico y sexual.
Reconocer y apoyar las contribuciones de los ancianos
Es importante reconocer la experiencia y las responsabilidades de los ancianos. Los ancianos desean cambiar la imagen común que se tiene de ellos como personas discapacitadas, improductivas y dependientes, y establecer una visión más balanceada que incluya tanto sus capacidades como sus necesidades.

Recopilacion de informacion de:

El Adulto Mayor. Valero Alamo, Santiago.

(2011, 06). Reacciones Psicoemocionales Del Adulto Mayor Ante Un Desastre o Una Emergencia. BuenasTareas.com. Recuperado 06, 2011, de http://www.buenastareas.com/ensayos/Reacciones-Psicoemocionales-Del-Adulto-Mayor-Ante/2318871.html

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KRAD Noviembre 2013



TEMA 9: CONDUCTAS EN LA POBLACIÓN INFANTIL Y JUVENIL FRENTE A EVENTOS ADVERSOS

En las situaciones de Emergencias o Desastres lamentablemente los infantes o jóvenes son testigos involuntarios de situaciones peligrosas, en esta entrada abordaremos algunos de estas situaciones y las conductas en las cuales cae esta población determinada.

Para muchos niños, las reacciones a desastres son breves y representan reacciones normales a "eventos anormales". Un pequeño número de niños podría estar a riesgo de estrés psicológico más duradero como una función de tres factores mayores de riesgo:

  • Exposición directa al desastre, como ser desalojado, observar lesiones o muerte de otros, o sufrir lesiones además de sentir miedo de que la vida de uno esté en peligro.
  • Pérdida/angustia: Esto tiene que ver con la muerte o lesión seria de familiares o amigos.
  • Estrés continuo de los efectos secundarios de un desastre, como vivir provisionalmente en otro lugar, perder amigos o redes sociales, perder propiedad personal, desempleo de los padres y gastos incurridos en la recuperación de llevar a la familia a condiciones previas al desastre.






La reacción de los niños a los desastres según la edad


A continuación reacciones comunes de los niños después de un desastre o evento traumático.
Nacimiento a 2 años. Cuando los niños de edad que no pueden hablar sufren un trauma, no tienen las palabras para describir el evento o sus sentimientos. Sin embargo, pueden retener los recuerdos de visiones, sonidos u olores particulares. Puede que los bebés reaccionen al trauma poniéndose irritables, llorando más de lo usual o queriendo que los sujeten y abracen. Lo que más influye sobre los niños de esta edad es cómo sus padres lidian con la situación. Según crecen los niños, su juego puede incluir actuar escenas del evento traumático ocurrido varios años atrás y que parecía haberse olvidado.

Preescolar - 3 a 6 años. A menudo, los niños preescolares se sienten vulnerables e inútiles frente a un evento abrumador. Debido a su edad y pequeño tamaño, no tienen la capacidad de protegerse ellos mismos o a otros. Como resultado, sienten intenso miedo e inseguridad de separarse de sus cuidadores. Los preescolares no pueden entender el concepto de pérdida permanente. Pueden ver que las consecuencias son reversibles o permanentes. En las semanas después de un evento traumático, las actividades de juego de los preescolares pueden recrear el incidente o el desastre una y otra vez.

Edad escolar - 7 a 10 años. Los niños de edad escolar tienen la capacidad de entender la permanencia de una pérdida. Algunos niños se preocupan intensamente con los detalles de un evento traumático y quieren hablar de eso constantemente. Esta preocupación puede interferir con la concentración de los niños en la escuela y el desempeño escolar puede deteriorarse. En la escuela, los niños pueden escuchar información equivocada de compañeros. Pueden mostrar variedad de reacciones – tristeza, miedo generalizado, miedos específicos de que el desastre ocurra de nuevo, culpa por acción o inacción durante el desastre, coraje de que no se pudo prevenir, o fantasías de jugar a ser rescatistas.


Pre-adolescente a adolescente - 11 a 18 años. Según los niños crecen, desarrollan una comprensión más sofisticada del evento de desastre. Sus respuestas se asemejan más a la de los adultos. Los adolescentes pueden participar en conductas peligrosas, tomar riesgos, como conducir irresponsablemente, o usar drogas o alcohol. Puede que otros tengan miedo de salir de casa y eviten tantas actividades como antes. La actividad de muchos de los adolescentes es moverse por el mundo. Después de un trauma, la visión del mundo puede parecer más peligrosa e insegura. Un adolescente puede sentirse abrumado por intensas emociones y aún así sentirse incapaz de discutirlo con otras personas.








Cubrir las necesidades emocionales de los niños

Las reacciones de los niños están influenciadas por la conducta, los pensamientos y los sentimientos de los adultos. Los adultos deben exhortar a los niños y adolescentes a compartir sus pensamientos y sentimientos sobre el incidente. Aclare los malos entendidos sobre riesgos y peligros escuchando las preocupaciones de los niños y respondiendo sus preguntas. Mantenga un sentido de calma validando las preocupaciones y percepciones de los niños y discutiendo planes concretos para estar seguros.

Escuche lo que digan los niños. Si un niño joven hace preguntas sobre el evento, contéstele de manera sencilla sin la elaboración necesaria para un niño mayor o un adulto. Algunos niños se sienten reconfortados al conocer mayor o menor información que otros; decida el nivel de información particular que necesita su niño. Si un niño tiene dificultad para expresar sus sentimientos, permítale hacer un dibujo o contar la historia de lo que pasó.
Trate de entender lo que está ocasionándole ansiedad y miedo. Sepa que, después de un desastre, los niños sienten miedo de que:

  • El evento ocurrirá de nuevo.
  • Alguien cercano a ellos muera o se lesione.
  • Se quedarán solos o se separen de la familia.


Reconfortar a los niños después de un desastre

Sugerencias para ayudar a reconfortar a los niños:
  • El contacto personal es reconfortante. Abrace y toque a sus niños.
  • Provea información real de manera calmada sobre el desastre reciente y los planes actuales para asegurar su seguridad junto con los planes de su recuperación.
  • Exhorte a sus niños a hablar sobre sus sentimientos.
  • Pase tiempo extra con sus niños, como a la hora de dormir.
  • Restablezca su rutina diaria de trabajo, escuela, juego, comida y descanso.
  • Involucre a sus niños dándoles tareas específicas para ayudarlos a sentir que están ayudando a restablecer a su familia y la vida de la comunidad.
  • Alabe y reconozca la conducta responsable.
  • Entienda que sus niños tendrán una variedad de reacciones a los desastres.
  • Exhorte a sus niños a ayudar a actualizar su plan familiar para desastres.
  • Si ha tratado de crear un ambiente reconfortante siguiendo los pasos de arriba, pero su niño continúa mostrando estrés, si las reacciones empeoran con el tiempo o si interfieren con la conducta diaria en la escuela, en casa o con otras relaciones, podría ser apropiado hablar con un profesional. Puede obtener ayuda profesional del médico primario del niño, un proveedor de salud mental que se especialice en necesidades de niños o un miembro del clero.


Vigile y limite la exposición de su familia a los medios



La cobertura noticiosa relacionada con el desastre puede crear miedo y confusión y aumentar la ansiedad en los niños. Esto es en particular cierto para desastres de gran escala o un evento terrorista en el que hayan daños significativos a la propiedad y pérdida de vidas. En particular para los niños más jóvenes, las imágenes repetidas de un evento pueden ocasionarles creer que el evento continúa ocurriendo una y otra vez.

Si los padres permiten a los niños ver televisión o usar el Internet en donde vean imágenes o noticias sobre el desastre, los padres deben estar con ellos para exhortar la comunicación y proveer explicaciones. Esto puede incluir la vigilancia de los padres y limitar adecuadamente su exposición a información que provoque ansiedad.


Use redes de apoyo

Los padres ayudan a sus niños cuando toman los pasos necesarios para entender y manejar sus sentimientos y maneras de lidiar. Pueden hacer eso desarrollando y usando sistemas de apoyo social de familia, amigos, organizaciones y agencias comunitarias, instituciones de fe u otros recursos que funcionen para esa familia. Los padres pueden desarrollar sus propios sistemas de apoyo social únicos de manera que en una situación de emergencia, o cuando ocurra un desastre, puedan recibir el apoyo y la ayuda para manejar sus reacciones. Como resultado, los padres estarán más disponibles para sus hijos y mejor preparados para apoyarlos. Casi siempre los padres son la mejor fuente de apoyo para sus niños en momentos difíciles. Pero, para apoyar a sus niños, los padres necesitan atender sus propias necesidades y tener un plan para su propio apoyo.


Prepararse para desastres ayuda a todos en la familia a aceptar el hecho de que los desastres ocurren, y provee la oportunidad de identificar y tener los recursos necesarios para cubrir las necesidades básicas después de un desastre. La preparación ayuda; cuando las personas se sienten preparadas, lidian mejor con desastres y sus hijos también.


Recopilacion de las ss direcciones web:


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KRAD Noviembre del 2013